La pasada Google I/O fue la fecha seleccionada por el gigante de las búsquedas para presentar lo que sería la primera gran actualización del sistema operativo para smartwatches basados en Android Wear, actualización que añadiría un gran número de funciones para poder hacer frente a la competencia actual como el Apple Watch y el Samsung Gear S. Pero pocos meses antes de finalizar el año y cuando todos los usuarios estábamos esperando con ilusión el lanzamiento Google anunció que debido a problemas con el desarrollo retrasaba el lanzamiento hasta este año, sin especificar fecha concreta, pero los últimos rumores apuntan a que será el mes de febrero.
Cuando Google anunció el retraso en el lanzamiento, también afirmó que aprovecharía el retraso para añadir nuevas funciones a la próxima versión de Android Wear. Este retraso supuso un duro golpe para los fabricante que tenían previsto lanzar un nuevo modelo de smartwatch al mercado en el último trimestre del año, ya que los nuevos modelos aprovecharían las novedades de Android Wear 2, un retraso que puede hacer mucho daño a Google, ya que los fabricantes se han visto obligados a retrasar varios meses el lanzamiento de su dispositivo puede afectar no solo a las ventas, sino que además cuando lleguen al mercado llegarán con un hardware anticuado en comparación con lo que hay actualmente disponible.
Además también puede suponer un problema para que los fabricantes sigan apostando por Android Wear, un sistema operativo muy criticado y limitado por parte de los fabricantes que no pueden meterle mano para personalizado. Esto podría provocar que la próxima generación de smartwatches de otros fabricantes abandonaran Android Wear y se pasan a Tizen, el sistema operativo para smartwatches de Samsung que tan buenos resultados le está ofreciendo en el Gear S2 y S3, aunque el tema de las aplicaciones sigue siendo su punto débil, problema que se solucionaría rápidamente si ese sistema operativo se popularizase entre más fabricantes.