La nota curiosa del día llega desde Alemania, donde las autoridades competentes han procedido a prohibir la venta de una muñeca y aconsejar su destrucción por parte de los padres que ya la hubieran adquirido. Y es que Cayla es una peculiar muñeca inteligente que ha captado todas las miradas de la Agencia Federal de Redes en Alemania, un organismo público dedicado a velar por la seguridad online de todos los usuarios. Todo apunta a que esta muñeca puede ser hackeada y usada para hablar con los menores de forma poco usual, así que «muerto el perro, se acabó la rabia».
La muñeca Cayla cuenta con conectividad inalámbrica a través de Bluetooth, así como los mecanismos necesarios para mantener una conversación, hablamos como no podía ser de otro modo de un altavoz y un micrófono. Para cobrar vida, la el sistema de la muñeca se sincroniza con una aplicación del cualquier smartphone iOS o Android que realiza búsquedas instantáneas para responder a las preguntas que realizan los usuarios a través de su sistema de reconocimiento de voz. Hasta aquí podríamos decir que todo está bien, un juguete interesante que podría entretener a los más pequeños, pero como siempre, tiene un lado un poco más macabro.
Los datos de las capturas de voz se almacenan en los servidores de una empresa norteamericana que tiene varios acuerdos vigentes con la CIA, y está al cargo del grupo Vivid Toy. Sin embargo, la investigación de un estudiante de la Universidad del Sarre, llamado Stefan Hessel, han llevado a la conclusión de que la muñeca es potencialmente hackeable y se puede utilizar con fines poco lícitos, como anticipaba la BBC en su informativo de hoy. De este modo, el Gobierno de Alemania ha prohibido la venta y tenencia de este dispositivo, bajo pena de prisión de hasta dos años.