Las tiendas de aplicaciones, independientemente del ecosistema utilizado, es la vía principal para que los usuarios puedan instalar aplicaciones en sus terminales. Todas las tiendas de aplicaciones disponen de un equipo que supervisa en todo momento todas y cada una de las aplicaciones que quieren llegar a estar presentes en la respectiva tienda. Los supervisores son humanos, por lo que en más de una ocasión se han equivocado y han dejado pasar alguna aplicación que ocultaba una doble intención, ya sea descargar contenido protegido por derechos de autor, aplicaciones que incluyen malware o virus, juegos que son una copia descarada de otro…
En más de una ocasión seguro que nos hemos encontrado con algún juego que realmente es una copia pero que se encuentra mejor posicionado que el juego original. Todos estos problemas lo único que generan es malestar y desconfianza por parte de los desarrolladores y usuarios, algo que puede llegar a ser perjudicial para Google, ya que los desarrolladores no se ven protegidos en ningún momento por la propietaria de la tienda donde ofrecen sus aplicaciones, al contrario de lo que sucede en la App Store, donde los desarrolladores se tratan como oro en paño, ya que generan una gran cantidad de dinero a la compañía con sede en Cupertino.
Google va a estar más encima de todas las aplicaciones que actualmente se encuentran en Google Play Store supervisando todas y cada una de ellas para comprobar por un lado si son copias de una original, si incluye reviews falsas, si incluyen algún tipo de malware o virus y reubicando todas aquellas que han tratado de manipular el posición en la tienda de aplicaciones de Google. Google comenzará a dar toques de atención a los desarrolladores amenazando con expulsarlos del programa para desarrolladores si continúan con esa política maliciosa que perjudica enormemente la imagen de Google.