El lanzamiento del Samsung Galaxy Note 7 se ha convertido en un auténtico problema para la compañía coreana. Nada más llegar los primeros terminales al mercado, comenzaron a aparecer los primeros problemas de incendios de terminales cuando se efectuaba su carga. Conforme transcurrían los días cada vez eran más los usuarios que se veían afectados por este problema y Samsung comenzó a retirar todos los terminales que había lanzado al mercado para sustituirlos por otros, que en teoría solucionaban el problema de las explosiones, incendios y combustiones espontáneas. Pero nuevamente volvieron a salir a la luz problemas con los terminales sustituido por Samsung lo que obligó a la compañía el pasado lunes a suspender la producción.
Pero al parecer Samsung no tiene claro el problema y dar con la solución al mismo parece que llevará más tiempo del que creía la compañía y ayer decidió retirar el dispositivo de la venta y tratar de recuperar todos los terminales que hasta el momento no han presentado ningún problema de funcionamiento, ya fueran de la primera o segunda generación.
Al coste de reemplazar la primera tanda de terminales, estimado en unos 1.000 millones de dólares, la compañía coreana tiene que dejar de contar con los 17.000 millones que pensaba obtener de las ventas de este terminal en lo que queda de año y parte del año próximo. Hay que tener en cuenta que se acerca el período navideño y Samsung había apostado por el Note 7 como objeto de deseo de muchos usuarios para estas navidades.
Samsung se jugaba mucho con este terminal que no paraba de mostrar problemas y ha tomado la vía más rápida y segura para la compañía y los usuarios, a pesar de que dejará de ingresar una buena cantidad de dinero, pero hay que mantener la imagen de marca y la compañía no quería verse involucrada en litigios interminables de los usuarios además quieren zanjar cuanto antes del tema de ser la compañía de los teléfonos que se queman solos.
Lo que no sabemos es hasta que punto la gama Note seguirá en el mercado, ya que está asociada a los terminales que se incendiaban por lo que la próxima generación podría cambiar el nombre para que los usuarios no siguieran asociándola a los problemas que ha mostrado el Note 7 durante su corta vida en el mercado.