Análisis Aliens: Colonial Marines

Ha sido una larga espera la que hemos tenido que soportar desde que Sega, junto con Gearbox, anunciara el desarrollo del que prometía ser el juego definitivo que rendiría culto a aquella saga fílmica de terror que inauguró el maestro Ridley Scott allá en 1979.

Con seis años de desarrollo y varios sonoros retrasos, por fin tenemos en nuestras manos la última experiencia de terror xenomorfo espacial. ¿Habrá merecido la pena la espera? Bisturí en mano, vamos a diseccionar a la última criaturita de los creadores de Borderlands.

Los fans de Alien llevamos mucho tiempo esperando este lanzamiento, y es que tras aquellos Alien Trilogy y Alien Resurrection de la época de la añeja PlayStation, los xenomorfos no habían tenido un juego en exclusiva para ellos en consolas de sobremesa, si descontamos aquellos Aliens vs Predator que enfrentaban a estas dos letales especies y a humanos, y dicho sea de paso, la última batalla que llegó de manos de la irregular Rebellion en 2010, pese a sus sonadas carencias, era un programa divertido. Si bien, este Colonial Marines ya fue planeado por Check Six Games para EA, quien canceló el proyecto allá por 2001 y que tenía como receptora a PlayStation 2. Posteriormente, Sega se hizo con los derechos para lanzar juegos de Alien y retomó la idea de crear un fps ambientado entre Aliens y Alien 3, llegando a un acuerdo con Gearbox para su desarrollo.

La historia de este Aliens: Colonial Marines se emplaza entre los acontecimientos vistos en las películas de Aliens y Alien 3, tomando el papel del cabo Christopher Winter, uno de los marines de la USS Sephora, que acuden 17 semanas después de la transmisión del cabo Hicks desde la Sulaco, a investigar qué ha ocurrido en la nave y colonia. Argumentalmente, el punto de partida es bastante típico y el desarrollo de la trama, pese a haber contado con el asesoramiento de algunas de las mentes implicadas en las antiguas películas, es muy decepcionante y ya anticipo que no va a gustar a la inmensa mayoría de fans. Aquella afirmación de que Aliens: Colonial Marines iba a ser la secuela perdida entre Aliens y Alien 3 tiene más de fantasía que de realidad.

A nivel técnico, por desgracia, nos encontramos con un producto pobre, que transmite una terrible sensación de inacabado por todos lados: texturizado en baja resolución o problemas de carga de las texturas, fallos en la iluminación, bugs demasiado frecuentes, clipping, tearing, caídas de frames, objetos o personajes que desaparecen, IA pobre, animaciones muy rudimentarias… En este aspecto, Aliens: Colonial Marines es todo un despropósito, con un acabado impropio de la calidad media de un juego en estos momentos de fin de generación y muy alejado de lo que se presumía iba a ser un juego triple A. Y por cierto, aquellos vídeos mostrando demos del juego, son absolutamente falsos: el producto final no concuerda con aquel material mostrado.

El apartado sonoro cuenta con algunas piezas reconocibles de los films, así como el sonido calcado de elementos característicos de las películas, como los estruendos del rifle de pulso o las alertas del detector de movimientos -cuyo uso es casi anecdótico, pues el juego está completamente scriptado-. En cuanto al doblaje, podemos disfrutar de la voz del mítico Alfonso Vallés -el inolvidable Solid Snake español-, pero el resto del reparto chirría bastante con su interpretación. La ambientación visual del juego se ve empobrecida por el mal acabado técnico, aunque hay bastantes guiños a las películas y los fans los reconocerán y apreciarán rápidamente.

Una sensación importante en la saga Alien era la tensión: sentirte presa de unas criaturas feroces e implacables que podrían acechar desde cualquier sombra. Sin embargo, la mecánica jugable de Colonial Marines se limita al «dispara a todo lo que se mueva», en oleadas de xenomorfos que en ocasiones se mueven por la pantalla como patos de feria y siguiendo un mismo patrón de ataque. Los enfrentamientos contra humanos resultan aún menos satisfactorios, especialmente por el nulo desafío que representan -más que nada por su rudimentaria IA- y porque no aportan absolutamente nada en un juego donde la gracia era luchar contra xenomorfos. Como otro negativo apunte jugable, destacar la imprecisión de las armas, incluso al apuntar.

La duración del juego viene a ser de unas 6 horas en nivel intermedio, algo bastante alejado de las 10 que prometían en Gearbox. La única manera de exprimir la campaña de nuevo es mediante el modo cooperativo, tanto a pantalla partida como online para 4 jugadores, lo cual resulta una experiencia más satisfactoria que en solitario.  El resto de modos disponibles son: Batalla-con bandos de marines y xenomorfos-, Exterminio -donde los soldados humanos deberán destruir nidos de aliens-, Escapada -modo de 4 vs 4 en el que los humanos tendrán que salir pies en polvorosa huyendo de los aliens- y Supervivencia. Además, podremos evolucionar y personalizar tanto a humanos como a xenomorfos. Recalcar que el control de las criaturas resulta bastante engorroso y os llevará tiempo dominarlo con soltura y acostumbraros a la cámara en tercera persona.

Gearbox nos ha tomado el pelo a todos, incluso a la propia Sega, quien, al parecer, en 2010 les echó atrás una versión final del juego por no cumplir unos requisitos mínimos de calidad -de ahí aquellos sonados retrasos-. De boca del propio presidente de Gearbox, Randy Pitchford, ha salido que el juego fue elaborado por distintos estudios que ellos subcontrataron, de modo que el trabajo de la compañía que debería haberlo elaborado –Gearbox-, se reduce a un 20 ó 25% del calamitoso juego final que tenemos entre manos.

Aliens: Colonial Marines es un producto paupérrimo, elaborado con nulas ganas, repleto de fallos y que no pasará el filtro de calidad de la inmensa mayoría de jugadores: hubiera sido mejor haber cancelado el juego que lanzar este despropósito. No hay duda de que se trate de la primera gran decepción de 2013 y que deja en entredicho la seriedad y profesionalidad de Gearbox. Únicamente recomendaría su adquisición a precio muy bajo a aquellos recalcitrantes fans de Alien, para el resto de mortales, evitar el contacto como si se tratara del mismísimo corrosivo ácido de los xenomorfos.

NOTA FINAL MUNDIVJ: 4


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