Uno de los usos que le damos a los relojes inteligentes es monitorizar la salud y la actividad física. La pregunta que surge de esto es qué tan precisos son los relojes inteligentes para realizar esta tarea. Dicha cuestión, fue y sigue siendo objeto de debate.
Un estudio reciente, liderado por Cailbhe Doherty, profesor en la Universidad de Dublín, se enfocó en estos dispositivos. Los miembros del equipo se dedicaron a analizar distintas revisiones sistemáticas que evalúan la precisión de los smartwatch. Te contamos lo que descubrieron…
¿Qué tan precisos son los relojes inteligentes?
El estudio de Doherty y su equipo no se limita a una revisión estática, sino que actualiza continuamente sus hallazgos a medida que se publica nueva evidencia y estudios. En principio, los investigadores identificaron 904 estudios, de los cuales solo 24 revisiones sistemáticas cumplieron con los criterios de inclusión.
Estos 24 estudios abarcaron un total de 249 estudios de validación únicos y contaron con la participación de 430,465 sujetos (43% mujeres y 57% hombres). Los dispositivos evaluados incluyeron marcas populares como Apple Watch, Fitbit, Garmin, Samsung y Polar.
En donde los relojes inteligentes muestran mayor precisión es en la medición de la frecuencia cardíaca y la detección de arritmias. El estudio encontró que los dispositivos tienen un sesgo promedio de ±3% al medir la frecuencia cardíaca, lo cual es bastante aceptable para el uso cotidiano. Además, en la detección de arritmias, los relojes inteligentes demostraron una sensibilidad del 100% y una especificidad del 95%. Esto indica que son altamente efectivos para detectar irregularidades en el ritmo cardíaco.
No tan precisos como creíamos
En cuanto a la capacidad aeróbica, medida comúnmente como VO2max, los resultados fueron menos alentadores. Los relojes tienden a sobrestimar este parámetro, con un error promedio de ±15.24% durante pruebas en reposo y ±9.83% en pruebas de ejercicio. Este margen de error puede llevar a los usuarios a tener una percepción incorrecta de su condición física, en especial en individuos que entrenan regularmente y dependen de estas métricas para evaluar su rendimiento.
La precisión en la medición de la actividad física es otro punto débil de los relojes inteligentes. El estudio encontró que la variabilidad en la medición de la intensidad de la actividad física era considerable, con un error absoluto promedio que oscila entre el 29% y el 80%, dependiendo de la intensidad de la actividad física. Es decir que los dispositivos son menos fiables para medir actividades de alta intensidad.
El conteo de pasos y el gasto energético son dos de las funciones más populares de los relojes inteligentes, pero también presentan problemas de precisión. Según el estudio, los dispositivos suelen subestimar el número de pasos realizados, con errores que varían entre −9% y 12%. En términos de gasto energético, los wearables tienden a subestimar el gasto calórico en aproximadamente −3 kcal por minuto.
En cuanto a la medición de la saturación de oxígeno en sangre, los relojes inteligentes mostraron una diferencia promedio de hasta 2% en la medición de este parámetro, lo cual es aceptable para un monitoreo general, pero no suficientemente preciso para uso clínico. Respecto al seguimiento del sueño, los dispositivos tienden a sobrestimar el tiempo total de sueño, con errores porcentuales absolutos que superan generalmente el 10%.