El telescopio ALMA se ha convertido en poco tiempo en una de las armas más codiciadas por todos los astrónomos del planeta gracias a su potencia y capacidad. Gracias precisamente las posibilidades que ofrece esta herramienta un grupo de astrónomos ha conseguido detectar oxígeno en el punto más lejano captado hasta ahora por el telescopio, la joven galaxia A2744_YD4.
Una de las principales peculiaridades de esta galaxia tan lejana es que, para sorpresa de los investigadores, contiene grandes cantidades de polvo estelar, algo que podría ser fruto de la muerte de una generación anterior y primigenia de estrellas. Este polvo, a su vez, se compone principalmente de elementos como silicio, carbono y aluminio, elementos que están presentes en granos diminutos de tamaños de una millonésima de centímetro.
Nicolas Laporte y su equipo descubren oxígeno ionizado en la galaxia A2744_YD4.
Tal y como ha explicado Nicolas Laporte, investigador de la Universidad de Londres y responsable del equipo que ha logrado este descubrimiento:
A2744_YD4 no es solo la galaxia más lejana observada hasta ahora por ALMA, sino que la detección de tanto polvo indica que esta galaxia ya había sido contaminada por supernovas tempranas. Está localizada en una galaxia ya conocida que se originó cuando el universo solo tenía el cuatro por ciento de su edad actual.
Este estudio ha permitido detectar la brillante emisión de oxígeno ionizado, lo que les ha permitido ver la galaxia como era cuando el cosmos apenas tenía 600 millones de años, el momento en el que se estaban formando las primeras estrellas y galaxias. Según las especulaciones realizadas tras los estudios, al parecer la galaxia contendría el polvo equivalente a seis millones de veces la masa del Sol.