En The Verge hemos podido ver este fantástico vídeo. En él se observa como a través de un dron infectan con un virus una bombilla Philips Hue tan de moda últimamente, y esta se encarga de infectar también al resto de bombillas de la planta en cuestión. Para realizar tan maña labor no necesitaron ni tan siquiera tener acceso físico a las bombillas, es decir, se infectaron de forma inalámbrica, aprovechando un dron a más de diez metros de distancia. Una vez infectadas y como observamos en el vídeo, podremos realizar diversas acciones con las mismas.
En el vídeo en cuestión se aprecia como las bombillas emiten el famoso S.O.S en código Morse. Mientras vemos, como al mover el dron, más y más bombillas van siendo infectadas. Este es el riesgo que entraña el IoT y el hecho de que los fabricantes no estén poniendo medidas de seguridad en este tipo de elementos. El problema quizás no es por entero de los fabricantes, sino de un público que consume sin afrontar las consecuencias ni exigir un mínimo de calidad en cuanto a la protección de la privacidad, poco más podemos decir en un mundo donde el 88% de los dispositivos móviles cuentan con Android, de los cuales la inmensa mayoría está en versiones desfasadas y desprotegidas.
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