El año pasado, algunas películas producidas para los principales servicios de vídeo en streaming, lograron hacerse con importante premios en algunos festivales, creando incluso categorías especiales para el contenido creado exclusivamente para este tipo de plataforma, y dando a entender que este tipo de películas podría tener un futuro prometedor en la industria.
Pero nada más lejos de la realidad. El año pasado, Netflix compitió en Cannes con la películas Okja y The Meyerowitz Stories, con la que destapó la caja de Pandora entre los más puristas del cine, sobre todo entre los medios franceses, ya que si esas películas no se habían estrenado en salas de cine, no deberían poder participar ni en el Festival de Cannes, y por ende ni en ningún otro.
Para evitar que todos los años se hable de lo mismo y cerrar el tema de forma definitiva, el Festival de Cannes cambio sus normas para que únicamente las películas que previamente habían sido entrenadas en salas de cine francesas, pudieran participar en el festival, algo que lógicamente tanto Netflix como el resto de servicios de vídeo en streaming, no tienen previsto hacer a corto plazo, y mucho menos a la larga.
Pero eso no significa, que los grandes no puedan proyectar sus películas durante el Festival, aunque no entren en concurso. De momento el Festival de Cannes ha sido el primero que ha tomado la iniciativa en este sentido, pero esperemos que sea el único y que con el tiempo, se vea obligado a cambia nuevamente las bases del concurso, ya que el futuro de muchas grandes películas, y no tan grandes, puede que pase por los servicios de vídeo en streaming.
Esperemos que el resto de festivales de Cine no opte por el camino que parece haber tomado Cannes, ya que a través de este medio, se pueden encontrar material de altísima calidad cuya única opción para poder producir sus películas es a través de este tipo de plataformas, mucho más abiertas y dispuestas a apostar por nuevos talentos.
La competencia está bien para todos los ámbitos, menos para el cine y la TV que tiene que ser monopolio de la mediocridad.