Hace exactamente una semana desde que tuvo lugar el evento de HTC en el Mobile World Congress de Barcelona, en el cual casi terminé llorando. No nos vamos a engañar: las expectativas que teníamos antes del evento no eran demasiado altas. El producto más ansiado de la compañía para esta presentación era el HTC One M9, su modelo de gama alta que vendría a sustituir al actual M8 y del que ya se conocía prácticamente todo, gracias a las filtraciones que habíamos podido ver en los días previos.
Así pues, no teníamos grandes esperanzas puestas en la conferencia, ni creíamos que fuese a ser un evento de especial relevancia dentro del contexto del MWC. Lamentablemente, así fue. En la escasa media hora que duró la presentación, los taiwaneses presentaron tres nuevos productos, pero la sensación que dejaron fue de haber visto un evento muy descafeinado en líneas generales. Vayamos con calma.
HTC One M9
Como decía, a la hora del evento el interés por este producto era mínimo. A las filtraciones de anteriores días se habían sumado otras nuevas esa mañana, dejando prácticamente a la joya de HTC en paños menores. Una vez en la presentación, pudimos confirmar todos y cada uno de los rumores. El nuevo HTC One sigue un diseño muy continuista que para nada nos ha agradado. La innovación brilla por su ausencia y los únicos cambios que hemos podido ver a nivel estético han sido en temas como la cámara, el grosor del dispositivo o sus colores (con un nuevo color rosa chicle que para nada se espera de un modelo de estas características).
Inexplicablemente, HTC ha decido conservar uno de los rasgos más característicos de la marca y la vez más estúpidos al hablar de usabilidad: las siglas de la compañía en el marco frontal inferior. Esto crea una zona «muerta» entre la pantalla y el cuerpo del dispositivo totalmente inútil y que no reporta beneficio alguno. Una de las pocas innovaciones que nos presentaron en el evento fue la cámara que, según nos contaron, había sufrido una importante mejora. Todo esto sobre el papel, porque las pruebas dicen lo contrario, afirmando que la cámara de este HTC sigue siendo insuficiente para lo que se espera de un producto de esas características. Más inexplicable aun es que, con todas las carencias que tiene, su precio sea de 749 euros.
HTC Grip
HTC Vive
Como de colaboraciones va la cosa, aquí va otro producto realizado conjuntamente con otra compañía. Esta vez ha sido Valve (propietaria de Steam) la encargada de trabajar junto con HTC para presentarnos un nuevo producto que abre también una nueva categoría en la empresa: unas gafas de realidad virtual. Lo cierto es que no son los primeros, ni serán los últimos, en apuntarse al movimiento de la realidad virtual, un mercado muy joven, con muchas oportunidades y por el que pasará la industria del videojuego más tarde o más temprano.
Las HTC Vive suponen un gran paso no sólo para la compañía, sino para toda la industria en general, puesto que viene a plantarle cara a Oculus Rift (y probablemente lo consiga), lo cual conllevará en un avance importante en el resto de empresas del sector. La parte mala es que se trata de un producto todavía inacabado, que estará disponible a lo largo del año para los desarrolladores pero que no sabemos cuando ni cómo llegará a los usuarios.
Que la presentación no fuese nada del otro mundo, no nos preocupa. Lo que verdaderamente nos hace reflexionar es que es la propia HTC la que no está brillando últimamente en absoluto. Una innovación muy pobre en el apartado de los smartphones, una pulsera con una autonomía insuficiente y unas gafas inacabadas. Así comienza el año la compañía taiwanesa. Como para no llorar.