Mucho se ha estado hablando en conferencias y reuniones de expertos en la materia sobre la ética que conlleva el desarrollo de la robótica y la inteligencia artificial por entes muy relacionados con temas militares. Un ejemplo claro lo tenemos en el nuevo arma que está comenzando a utilizar la policía de Estados Unidos, un robot capaz de abatir a cualquier sospechoso. Como anticipo, comentarte que este robot ya ha sido utilizado por la policía para abatir a un francotirador que, junto a un equipo compuesto por un segundo francotirador y tres personas, actualmente detenidas, planeaba matar policías blancos durante una protesta.
Sin lugar a dudas, Estados Unidos vive días bastante convulsos en materia de derechos humanos y racismo, aún así y a pesar de la complicación social que allí se vive… ¿tienen las fuerzas de seguridad del país derecho a comenzar a utilizar fotos para matar sospechosos? En esta ocasión sospechoso identificado como Micah X. Johnson era un veterano de Afganistán de 25 años de edad que hasta ese día no tenía antecedentes penales ni estaba afiliado ningún tipo de grupo radical. Se cree que fue él el responsable de matar a tres policías durante las protestas.
La policía utiliza un robot para situar y hacer estallar una bomba
Durante la persecución, finalmente Micah acabaó por atrincherarse en un centro de formación profesional, una vez allí estuvo negociando con la policía donde, al parecer, explicó que estaba molesto por los recientes tiroteos y sólo quería matar blancos, especialmente policías blancos. La negociación fue avanzando sin mucho éxito hasta que la misma se dio por fracasada. En este punto las autoridades decidieron emplear una técnica nunca antes utilizada en este tipo de casos, utilizar un robot para abatir a Micah.
El procedimiento fue muy sencillo, se utilizó un robot diseñado para desactivar bombas aunque, en esta ocasión, su fin era completamente diferente, es decir, este robot fue equipado con una bomba, artefacto que cargó hasta el interior del edificio. Una vez en su posición, el propio robot, controlado de forma remota por un operario, colocó la bomba en su sitio y la dejó lista para ser activada. Una vez el robot salió de centro de formación, esta fue detonada para matar al sospechoso.