LiFi, esta tecnología con la que muchos investigadores pretenden hacer que nos olvidemos de WiFi y cuya principal característica es que está basada en la luz, acaba de alcanzar un nuevo hito ya que ahora nos enteramos de que no solo puede llegar a ofrecer un ancho de banda o una estabilidad a la que WiFi no podría llegar jamás, sino que ahora, gracias a esta última investigación, es hasta 100 veces más rápida.
Curiosamente los investigadores que hay tras este proyecto han estado trabajando para conseguir solucionar uno de los problemas que tiene este tipo de tecnología como es el hecho de que la luz debe estar encendida en todo momento. Para solucionar esto han estado experimentado con rayos infrarrojos con los que han obtenido muy buenos resultados.
LiFi poco a poco se está transformando en una alternativa real a WiFi.
Llegados a este punto, comentarte que la tecnología de conexión LiFi no es algo nuevo ya que se ha estado probando en laboratorios desde 2011 aunque, hasta 2015, no fue probada en entornos reales. De momento, como decíamos, todavía hay serios inconvenientes que se deben resolver como el que hemos comentado o el hecho de que la luz no puede atravesar muros. Aun así, Joanne Oh, titular del proyecto y doctora en la Universidad de Eindhoven, ha conseguido, apoyándose en los infrarrojos, una serie de rayos inofensivos para el ser humano, conseguir desarrollar una conexión de hasta 42,8 Gbps a una distancia de 2,5 metros.
Para solucionar el problema de las paredes, se ha desarrollado un sistema compuesto por antenas que deben ser instaladas en toda nuestra casa. De esta forma conectaríamos nuestro cable de fibra óptica a una de ellas consiguiendo que toda nuestra red doméstica estuviese activa. Una de las principales ventajas del LiFi por infrarrojos es su bajo consumo energético algo que hace que no necesitemos alimentar con energía estas antenas ya que las poca corriente que necesitan llegaría por el propio cable de fibra óptica.