Las cabinas de WiFi gratis llegan a Londres

Hasta las cabinas telefónicas se han tenido que adaptar a los nuevos tiempos. Con la proliferación de los teléfonos móviles, este elemento típico de las calles comenzó a caer en desuso. En ocasiones incluso es difícil encontrar una y cuando lo haces, lo difícil es que funcione (o que esté limpia). Sin embargo, las cabinas podrían resucitar adaptadas a los nuevos tiempos digitales. Ha sucedido en Nueva York, y ahora es la capital londinense la que también apuesta por ellas.

Londres se ha convertido en la segunda ciudad del mundo en contra con cabinas de WiFi gratis que también ofrecen otros muchos servicios a los ciudadanos, desde llamadas a direcciones e información meteorológica. Por el momento sólo una se encuentra operativa, pero los planes son ambiciosos.

Las cabinas de la ciudad del siglo XXI

Fue Nueva York la primera ciudad del mundo que comenzó a ofrecer estas cabinas de WiFi gratis. Tras ellas se encuentra el equipo de LinkNYC, auspiciado a su vez por los laboratorios Sidewalk de Alphabet y se trata de «kioscos» que ofrecen conectividad a la red de WiFi pública y gratuita de alta velocidad, pero también permite que los ciudadanos puedan efectuar llamadas de teléfono gratuitas, cargar las baterías de sus smartphones, obtener mapas y direcciones, información local, previsiones meteorológicas, etcétera. Nueva York ya cuenta con 900 de estas cabinas que ahora se extienden a Londres.

La primera de estas cabinas de WiFi gratis se encuentra en Camden High Street en Londres, y comenzó a funcionar el pasado martes gracias a un acuerdo firmado el pasado año entre British Telecom y los de Nueva York. En Inglaterra se llaman InLinks (en lugar de Links), y al igual que las cabinas estadounidenses, se financias gracias a la publicidad que continuamente se muestra  en las pantallas situadas a ambos lados de estos kioskos.

Según ha anunciado BT, se pondrán en marcha muchas más de estas cabinas de WiFi gratis en otras calles de Londres y también de otras ciudades británicas antes de que finalice el año. Además, existen planes que que estos «artefactos» sirvan también como sensores de contaminación ambiental y acústica y que ofrezcan información del tráfico.