El MacBook Air cumple diez años y estando de actualidad

El 29 de enero de 2008 llegaba a todos los ojos el MacBook Air, un portátil que venía a deslumbrar a muchos usuarios, o al menos a demostrarle al mundo que había otra nueva generación de portátiles, los portátiles que realmente se podían llevar a cualquier parte, que podían ser cómodos y por supuesto que podían ser bonitos. Este es sin duda uno de los ojitos derechos del fallecido Steve Jobs.

Vamos a hacer un pequeño repaso acerca de la historia del MacBook Air, un portátil que se ha convertido en referencia de todo el mercado durante mucho tiempo, pero que sin duda pide ya a gritos una renovación.

Dentro de su habitual espectáculo, Steve Jobs tuvo la idea de sacar un portátil del típico sobre portafolios… ¿cómo era eso posible? Lo era, Apple quiso dar una vuelta de tuerca, su verdadero golpe de efecto fue varios años antes también con un portátil que deslumbró a propios y extraños, y sin duda iba a volver a hacerlo con otro portátil. Dejando atrás la gama Pro, que no necesitaba presentación, era hora de demostrar de qué era capaz Apple en cuanto a diseño. Así es como llegaba el que era sin duda el portátil más atractivo y fino del mercado. Todo esto tenía un problema, el más recurrente en la compañía de Cupertino, el precio rondaba los 2.500 euros.

Lo que el MacBook hizo bueno para la industria

Sin embargo, tenía su atractivo, el principal por encima del diseño con materiales premium y ligereza suprema, era que venía acompañado de una unidad SSD, los discos que actualmente parecen de obligado cumplimiento dentro de un Mac y de cualquier PC de gama alta, en ese momento ni estaban ni se le esperaban en un portátil, como siempre Apple llegaba unos cuantos años antes y forzaba a las marcas a apostar por discos duros un poco más rápidos.

Pero no sólo las marcas miraban de reojo, los usuarios empezaban a saber que el SSD hacía al sistema operativo volar directamente, veían que con menos hardware a nivel de procesador y RAM, el portátil se comportaba de forma bastante superior a lo que mostraban otros de más potencia… ¿fue esta la revolución de los SSDs? Posiblemente. Sin embargo, había llegado la hora de popularizar lo que se conocieron como los Ultrabook, un entorno en el que a pesar de que muchos lo intentaron, sólo Apple supo triunfar, de hecho las marcas han acabado sucumbiendo de forma notable con el paso de los años en esta gama.

Sin embargo, venía a explotar también notablemente otro apartado que los fabricantes ya daban por perdido, el de la autonomía, y es que Steve Jobs prometía 12 horas de uso con una única carga gracias a su sistema de baterías adaptadas al diseño del dispositivo. Realmente lo cumplía, más allá de que realmente los MacBook de Apple siempre han tenido un buen comportamiento en lo que a batería se refiere, es que el MacBook daba lo que prometía, era el correcto baile entre hardware, software y baterías. De hecho los usuarios también empezaron a demandar más batería, y es algo que las marcas hoy día promocionan como parte fundamental de sus portátiles.

El daño que el MacBook hizo a la industria

Muchos pidieron ver rodar la cabeza de el CEO de Apple cuando este certificó la muerte de la unidad óptica de CDs en un ordenador portátil. Era algo que aún no podíamos entender, aún recuerdo cuando opté por mi Sony VAIO en lugar del MacBook Air porque el primero contaba con lector de Blu-Ray mientras que el Air no tenía ni capacidad de leerme un triste DVD. Y qué razón tenía el bueno de Steve, jamás llegué a utilizar la unidad óptica en más de cinco años de utilización. Muchos dijeron que la compañía estaba loca, que nadie iba a querer un portátil con tan poca conectividad externa… ¿a qué nos recuerda esto? Pues precisamente a su MacBook Pro actual que únicamente cuenta con unas cuantas conexiones USB-C. Un movimiento demasiado atrevido pero al final se fueron sumando otras marcas y el lector de DVDs es algo casi inexistente hoy día en los portátiles de estas características, de hecho muchos usuarios optan por sustituir estas unidades por puertos para SSD o HDD.

La paralización del crecimiento de la resolución en la pantalla, mientras que en televisores y monitores más resolución tendía a ser mejor, Apple optó por paralizar este crecimiento, la resolución del MacBook Air no estaba a la altura, una pantalla retroiluminada por LED de 11.6 pulgadas (1.366 x 768) o 13.3 pulgadas (1.440 x 900).

En el mismo ámbito que el de la desaparición de los puertos, el USB y el minijack que tenía luego se añadieron algunos más, eran del todo insuficiente en un panorama informático donde aún los puertos de conexión eran más que necesarios. Y así es como cumple casi diez años el MacBook Air, un portátil que cambió la industria.


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