Las criptomonedas hace ya tiempo que abandonaron el nicho de la mera curiosidad para convertirse, por derecho propio, en una parte importante de la economía global en varios aspectos. No solo han quedado circunscritas al ámbito del ahorro o de la especulación, sino que son un importante activo a tener en cuenta en una faceta tan importante como es el comercio exterior, antes coto prácticamente exclusivo de la moneda estadounidense.
Ventajas de las criptomonedas como medio de pago en el comercio exterior
Una de las ventajas que más notaremos en el bolsillo es que la transferencia de criptomonedas tiene unas comisiones muy bajas, o incluso no tiene comisiones en el caso de algunas cryptos concretas. Esto es porque para realizar la transacción prescindimos de los bancos, ya que no necesitamos ningún intermediario. Una cantidad de dinero nada despreciable, ya que la comisión que suelen cobrar las entidades a la hora de hacer una transferencia internacional es muy elevada.
Hay expertos que pronostican que en un futuro podremos pagar directamente con nuestra e-Wallet (billetera electrónica donde los usuarios de las criptomonedas las almacenan) en vez de utilizar las clásicas tarjetas de crédito. Viendo cómo van ganando posiciones las criptomonedas rápidamente, no podemos decir que sean fantasías de exaltados, sino una visión del futuro cercano con opciones de llegar a convertirse en una realidad.
Las criptomonedas le comen terreno al dólar
Aunque sea de manera algo tímida, está claro que el dinero que se invierte en las criptomonedas en algún sitio se está dejando de invertir, y aunque el mercado de forex sigue siendo, con mucha diferencia, el mayor mercado mundial, lo que es el comercio con criptomonedas ya mueve cerca de 400.000 millones de dólares y continua creciendo de manera exponencial (no debemos olvidar que hace tan solo 10 años las criptomonedas no existían más que en la mente de algún teórico).
También tras un 2018 de caídas constantes debemos destacar el buen año 2019 que han tenido las criptomonedas en general, destacando el bitcoin, que, si bien abría el 2019 por debajo de los 4.000 dólares, llegó a alcanzar, cuando rozábamos el ecuador del presente año, los 13.000 dólares. Sin embargo, muy por encima de lo que pronosticaban sus detractores, muchos de los cuales no veían en bitcoin más que la enésima burbuja económica que sufrimos los seres humanos. El resto de las grandes, aunque están por encima de la cotización que tenían en enero, no se están comportando tan bien en lo que llevamos de la segunda mitad del año.
Trading con criptomonedas
Para empezar, diremos que no debemos confundir el trading mediante Contratos por Diferencia (CFD por sus siglas en inglés) con criptomonedas, con el trading mediante CFDs con forex ni con el mercado del forex en sí, que es el cambio de divisas que debe realizar, por ejemplo, una gran compañía que opere en decenas de países, con sus correspondientes monedas nacionales.
En el forex, la gente gana o pierde dinero en operaciones de forex, porque la cotización de las mismas está cambiando constantemente, por lo que lo ideal es comprar la moneda a la baja y venderla, o cambiarla, cuando este más fuerte, como haríamos con cualquier otro activo financiero.
Pero el trading mediante CFDs con criptomonedas, divisas (forex) o recursos naturales, es más complejo y tiene ventajas e inconvenientes, que pasaremos a comentar.
Primero de todo, operamos por apalancamiento, lo cual quiere decir que si por ejemplo compramos CFDs de un activo por 1.000 dólares y el porcentaje de garantía de tramos es del 10%, para abrir la posición solo deberemos depositar 100 dólares, pero si el precio del activo se mueve en nuestra contra un 20% perderemos 200 dólares, el doble del dinero depositado, y viceversa, por lo tanto, aspiramos a ganar, o nos arriesgamos a perder, más dinero del que resultaría tan solo con nuestra inversión.
Esto es porque al abrir una posición el bróker nos cubre con un “préstamo”. Evidentemente si arriesgamos dinero podemos perderlo, y perder dinero que nos han “prestado” significa que habremos adquirido deudas, además de haber perdido el dinero invertido.
Por ello es muy importante antes de lanzarnos a este tipo de operaciones asegurarnos de que el depósito que realizamos podemos permitirnos perderlo (las opciones de acumular perdidas son muy elevadas) y que tenemos una amplia experiencia invirtiendo en mercados de alta volatilidad.