Después de todas las subidas y caídas que han acompañado la vida de las criptomonedas durante toda su historia, sus inversores habituales ya se habrán más que acostumbrado a estas situaciones un tanto caóticas en las que la valoración de las divisas electrónicas cambia de la noche a la mañana.
Pero no menos cierto también es que, para muchos otros, esta tendencia continúa siendo una especie de motivo por el que no empezar a operar en Bitcoin con un bróker online o bajo cualquier otro método.
Y es que cuando se producen caídas de este tipo en la valoración del BTC y las otras criptomonedas, muchos no dejan de ver esto como un motivo más para no invertir en ellas. Pero solo hace falta revisar un poco este reciente bajón —así como algunos de los anteriores— para poner en contexto este tipo de eventos. También para ver que, quizás, pueden no solo ser algo habitual y por lo que nadie se debería echar para atrás, sino también un buen momento para invertir.
A continuación repasaremos este caso teniendo en cuenta, eso sí, que nunca hay un gran momento para invertir en criptomonedas, sino una única forma de hacerlo: con cautela, mucho estudio y siempre teniendo en cuenta los muchos riesgos.
La más reciente caída
Desde el comienzo de la recuperación del precio del BTC allá por mayo de 2019 no se veía un valor tan bajo como el que la moneda de Satoshi Nakamoto mostraba estas últimas semanas. Tal y como informaba la web de noticias financieras Bloomberg, el nivel de 6.500 dólares por unidad que mostraba el Bitcoin el pasado 16 de diciembre era su nueva línea de soporte e, incluso, algunos expertos clamaban que el precio podría caer hasta los 4.000 dólares.
Según expertos citados por la versión online de este medio, las pérdidas en la valoración de la principal criptomoneda se podrían haber visto provocadas por el ataque de las autoridades chinas a cualquier tipo de fraude relacionado con las criptomonedas, a la constante presencia de robos y hackeos de criptomonedas y a la falta de confianza que estos factores provocan en grandes inversores. Y, sin embargo, pese a todo ello, también es factible pensar que ésta no será la última caída. Porque, probablemente, habrá una recuperación. Como ya ha pasado más veces.
Los ejemplos pasados
La valoración histórica del Bitcoin —y de su mano la del resto de las criptomonedas— es una cordillera de picos y valles que muestra como nada lo que es habitual en este tipo de activos. La primera de estas fallas se puede encontrar en los comienzos del Bitcoin, cuando este nombre todavía no significaba tanto, en el verano de 2011. Por aquel entonces el BTC llegó a estar valorado en más de 20 dólares por unidad después de costar menos de un dólar unos meses atrás. Sin embargo, antes del cambio de año, la criptomoneda volvía a caer hasta los dos dólares.
Otra vez, el siguiente verano volvió a marcar el inicio de un pico. De los seis dólares de junio del 2012, el Bitcoin llegó a rozar los 1.000 en noviembre de 2013… hasta que cayó a mediados de 2015 a cerca de los 200 dólares.
Pero lo mejor estaba por venir. A principios de 2017, una unidad de BTC costaba cerca de 1.000 dólares. A finales de ese mismo año, su precio rozaba los 20.000. La época de locura en el BTC se iniciaba. Un año después cayó por debajo de los 3.000. Medio año después se acercaba a los 12.000. El pasado 16 de diciembre ya estaba, otra vez, en un valle. En el valle de los 6.500.
La perspectiva
Visto lo visto, ningún valle ni ningún pico en la historia del Bitcoin ha sido irreversible. Los precios bajan y suben de forma inesperada y nadie, o casi nadie, puede anticiparlo. Por eso, ¿se puede decir que este nuevo valle es un mal momento para invertir? Pues lo cierto es que no. Por qué podría serlo, porque nadie sabe si éste va a seguir cayendo de forma infinita.
O, quizás, quién sabe, ahora mismo estamos en el punto más bajo del valle. Y todo lo que queda a partir de ahora es un nuevo ascenso. Veremos.