El otro día, buscando información sobre lo presentado por Nintendo y las declaraciones sobre ello dadas por Miyamoto y Reggie Fils-Aime, encontré una entrevista de Geoff Keighley, famoso por la controversia Doritos-Dew, a éste último. Y fue sorprendente el ver cómo Geoff disparaba sin piedad preguntas y críticas incisivas sobre lo presentado y el estado actual de Wii U.
El prácticamente nulo apoyo de las third, la poca originalidad de Nintendo en lo anunciado, las decepcionantes ventas o un catálogo al que todavía le quedan meses para arrancar fueron solo algunos de los temas que se comentaron en dicha conversación y de los que Reggie salió como pudo repitiendo hasta la saciedad las mismas respuestas. Tras el salto, la sensación que ha dejado Nintendo en este E3 2013.
Es cierto que, simplificando las cosas, mientras que Microsoft y Sony se jugaban mucho en esta convención, Nintendo y su Direct llegaban con la única presión de mejorar un ambiente muy decaído y que, con cualquier título a medio o largo plazo, se vería satisfecho. Y es cierto que, con el ritmo habitual de los Direct, Satoru Iwata presentó una buena ristra de «novedades». Y el entrecomillado viene a que la existencia de prácticamente todo de lo que se enseñó se conocía de antemano y lo que no se conocía terminó siendo otra secuela más de las sagas principales de la compañía.
Si algo ha caracterizado a Nintendo a lo largo de la historia ha sido ese potente carisma y personalidad en cada una de sus franquicias y títulos pertenecientes a estas; si una saga triunfaba, se variaba y diferenciaba lo suficiente entre entregas para seguir sorprendiendo y si, en cambio, no tenía la acogida que Nintendo buscaba, se dejaba un tiempo en la nevera para lanzarla en tiempo con un lavado de cara. Ahora, parece, ni una cosa ni otra.
Mario Kart 8 y el nuevo Super Smash Bros se pueden permitir más de lo mismo porque siempre lo han sido y siempre ha funcionado. Pese a eso, es cierto que este Mario Kart sí que incluye ciertas novedades que venían pidiéndose mucho tiempo. En cambio, uno de los juegos, a priori, más importantes del catálogo de Wii U, el nuevo Mario 3D, ha terminado siendo poco más que la continuación del Super Mario 3D Land. De hecho, solo hay que cambiarle ese Land por World y tenemos su nuevo título. Lo primero que transmite es que está demasiado lejos de lo visto en los dos grandísimos Super Mario Galaxy y que no innova en prácticamente nada.
Por otro lado, también pudimos ver en qué está trabajando Retro Studios, otra de las grandes bazas que tenía Wii U, y es, a decisión del estudio, una secuela del aclamado Donkey Kong Country Returns que parece no llevar muy lejos el concepto ya visto en esta entrega: algún cambio de cámara, el retorno de Dixie Kong y poco más. En mi opinión y pese a que no soy un gran fan de dicha saga, creo que un Metroid nuevo hubiera sido mejor recibido.
Platinum Games tuvo su peso dentro de esta presentación puesto que se mostró un nuevo gameplay de Wonderful 101 y por fin se pudo ver más de Bayonetta 2, todavía más hiperbólica que la primera parte. Sin duda, dos grandes títulos los del estudio japonés.
También se mostró un nuevo tráiler de Pokémon X/Y, que llegará el 12 de octubre a todo el mundo, y que, irónicamente, es el juego al que se le nota una mayor evolución con respecto a las entregas anteriores. Y, para mí, lo mejor del Nintendo Direct, un nuevo vídeo con gameplay de X, el sucesor del gran Xenoblade Chronicles en el que, por lo que parece, los mechas tendrán suma importancia.
En definitiva, es innegable que el catálogo de Wii U pegará un esperado subidón a partir de finales de este mismo año, pero sorprende que muchos de estos títulos sean tan poco originales e innovadores viniendo de la mano de quien vienen. Remakes como el de Zelda Wind Waker, nuevas entregas calcadas a otras anteriores como Super Mario 3D World o secuelas directas como el nuevo Donkey Kong muestran cierta desidia que, en mi opinión, no sé si es lo necesario para que la consola levante cabeza.
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