Faltan alrededor de tres meses para que arranque la nueva generación y de ello se lleva hablando y debatiendo meses y meses: hardware, especificaciones, periféricos, estudios de desarrollo, catálogos, precios, etc. Todavía quedan detalles importantes por conocer como, sin ir más lejos, la fecha de lanzamiento definitiva de Xbox One o las especificaciones detalladas de la misma.
El caso es que, dejando a un lado los chips y la circuitería, lo que siempre termina siendo determinante a la hora de elegir una plataforma u otra son los juegos. Y más, ahora que Microsoft ha dado marcha atrás en la mayoría de decisiones erróneas y conflictivas que había tomado: DRM draconiano, conexión necesaria, trabas a los desarrolladores independientes, obligatoriedad de Kinect conectado, etc. ¿De qué valdría una máquina con especificaciones estratosféricas con un catálogo raquítico? Y en este aspecto, sabemos que el grueso del mismo lo conforman los títulos multiplataforma como los Call of Duty o FIFA de turno además de nuevas franquicias con futuro como Destiny o Watch Dogs. Pero, lógicamente, siempre nos encontraremos con esos exclusivos que nos hagan optar por una máquina u otra.
Y en este aspecto, creo, Sony y Microsoft parecen llevar estrategias bastante diferenciadas. Microsoft descuidó el catálogo y los lanzamientos exclusivos para Xbox 360 en su recta final en pos de centrarse en su próxima consola y conformar el que es, en mi opinión, el catálogo más completo y variado de los dos: Forza Motorsport 5, Killer Instinct, Dead Rising 3, Ryse, etc. Todo ello combinado con exclusividades y ventajas como los servidores dedicados en Call of Duty: Ghosts, el mayor contenido en el FIFA 14 (juego que se regala con las reservas en Europa) y con juegos como Project Spark, Kinect Sport Rivals 2 y, mi más esperado, Titanfall en el horizonte.
Mientras tanto, la Playstation 3 de Sony aún tiene que recibir dos grandes títulos como son Gran Turismo 6 y Beyond: Two Souls y, quizá por ello, su catálogo de lanzamiento sea algo más débil si hablamos de blockbusters o triples AAA. Nos encontramos con Driveclub, un apabullante Killzone: Shadowfall y Knack entre los títulos más destacables que, eso sí, serán complementados con una ingente cantidad de títulos independientes y free2plays interesantes como Planetside 2 o Blacklight. El horizonte, a corto plazo, también se antoja algo más incierto siendo el impresionante Infamous: Second Son o el misterioso y lejano The Order: 1886 lo único que podemos encontrar fechado para 2014.
Pero al igual que una generación no se gana con números y datos de hardware, es extremadamente difícil que se haga con un catálogo de lanzamiento que, eso sí, puede contribuir a engrosar las ventas iniciales y conformar un buen parque de consolas. Y ahí es donde Microsoft tiene que invertir el dinero que, por el momento, gasta en exclusividades con ciertas compañías como EA o en juegos de compañías third party como Dead Rising 3 o el futuro Sunset Overdrive. Y es que, con respecto a lo que vimos en 360, la consola ha dejado de contar con grandes estudios como la extinta Bizarre, Epic Games o Bungie entre sus filas de first party (estudios que desarrollan en exclusiva para una compañía) y tampoco aprovechó la oportunidad de hacerse con más sagas con las que trabajar cuando THQ se disolvió y puso a subasta sus franquicias. Mientras tanto, se crearon dos estudios propios en Victoria y Osaka, todavía sin proyectos conocidos, y se han adquirido varias desarrolladoras pequeñas como Twisted Pixel o Press Play que parecen estar sumidas en proyectos para Kinect.
Pero el principal interrogante surja al pensar en un catálogo a largo plazo cuando Microsoft ya ha mostrado prácticamente todas sus cartas. Si nos centramos en las first, sabemos que 343 Industries está trabajando en un nuevo Halo de cara a 2014, que Lionhead Studios está con el nuevo Fable Legends, ya se mostró un teaser del shooter futurista de Black Tusk (Microsoft confía mucho en este título), Turn10 lanzará Forza 5 en el lanzamiento y RARE vuelve a trabajar en un título exclusivo para Kinect pese a que es bastante probable que esté trabajando en algo más. Si hablamos de second party, también sabemos en qué están trabajando Remedy, Crytek e Insomniac mientras que, posiblemente, Playground Games tenga en mente un nuevo Forza Horizon. Todo ello, de nuevo, salteado con numerosas empresas «menores» trabajando en proyectos para la nube y Kinect y, de momento y a falta de que calen las nuevas políticas sobre la publicación de títulos independientes, un catálogo demasiado escaso en este aspecto. De hecho, compañías y desarrolladores que tuvieran partnership con Microsoft Studios como Tequila Works, Jonathan Blow o Mojang han optado por abrir relaciones con Sony y publicar sus nuevos títulos en Playstation 4.
Si seguimos con Ps4 veremos cómo la compañía ha mostrado el mismo catálogo durante todo el año, siendo los títulos independientes como Rime o MurasakiBaby mostrados en la Gamescom las principales novedades del mismo en los últimos días. Pero a cambio, y apoyados en su número de reservas, Sony tiene en la recámara una larga ristra de proyectos de sus estudios principales. No sabemos nada de en lo que pueden estar metidos Naughty Dog (creadores de Uncharted y The Last of Us) o Santa Monica (God of War), que ya declaró estar trabajando en varios grandes proyectos (se habla de hasta tres estudios internos). Además, Guerrilla Games está trabajando en una nueva IP, Media Molecule sigue sin soltar prenda sobre su nuevo proyecto y Sony Japan y Quantic Dream han finalizado recientemente sus títulos para Ps3 con lo que sería lógico que ya estuvieran inmersos en próximos lanzamientos para Playstation 4. Todo ello sin olvidar el ya casi olvidado The Last Guardian del Team Ico.
En definitiva, Microsoft ha visto la necesidad de mostrar sus principales cartas demasiado pronto, sin dejar prácticamente nada por anunciar. Mientras tanto, Sony ha construido un catálogo de salida algo flojo, lo ha aliñado con una inmensa cantidad de indies y, seguros visto el número de reservas y la recepción de la consola, tienen mucho que enseñar y con lo que sorprender de cara a los próximos años. Y en este aspecto y con Microsoft adquiriendo exclusividades temporales y partnerships con third partys en lugar de potenciar desarrollos propios, quizá se termine cayendo en un caso de «pan para hoy y hambre para mañana». El tiempo dirá.
Pasado el E3 y recién acabada la Gamescom, las próximas paradas para saber más de nuevos títulos para la nueva generación son el Tokyo Game Show y, sobre todo, los VGA de final de año donde, si atendemos a los antecedentes, siempre se muestran grandes proyectos. De lo que no hay duda es de que tenemos una gran generación por delante, ¡toca disfrutar!
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