El mercado ha puesto el foco en Nvidia tras franquear la barrera de los 5 billones de dólares de capitalización, un hito que llega en pleno auge de la inteligencia artificial y apenas unos meses después de superar los 4 billones. La reacción en bolsa ha sido clara: subidas significativas durante la sesión y nuevos máximos históricos en los principales índices estadounidenses.
Este salto refleja la confianza de los inversores en la demanda de aceleración para IA y en la posición dominante de la compañía en centros de datos, software y soluciones de cómputo. Aun así, una parte del mercado pide cautela: el ritmo de crecimiento exige ejecutar sin tropiezos y gestionar la cadena de suministro con precisión milimétrica.
Un hito bursátil sin precedentes

Según el flujo de órdenes y el movimiento intradía, las acciones llegaron a avanzar más de un 4% hasta tocar máximos históricos, suficiente para situar a Nvidia como la primera empresa que rebasa la cota de los 5 billones. El hito se produce tras un trimestre en el que la firma ya había rebasado los 4 billones, adelantando a gigantes como Apple y Microsoft en los compases más recientes.
Los índices de referencia acompañaron el envión: el tecnológico del S&P 500 y el índice de semiconductores Philadelphia SE registraron alzas notables en la sesión, en un contexto marcado por el optimismo hacia la IA y unas expectativas de resultados sólidas en las grandes tecnológicas.
Pedidos, chips y capacidad de cómputo
La compañía comunicó que maneja pedidos por valor de 500.000 millones de dólares, con la nueva generación Blackwell y Rubin como pilares hasta 2026. La hoja de ruta contempla un salto de escala relevante: se esperan envíos de decenas de millones de unidades frente a la generación previa, lo que consolidaría su liderazgo en entrenamiento e inferencia.
Además, Nvidia anunció planes para construir siete superordenadores destinados a organismos públicos de Estados Unidos, incluyendo instalaciones con miles de GPU Blackwell. Estos proyectos buscan acelerar la investigación científica y el despliegue de modelos avanzados de IA en áreas críticas.
La otra cara del crecimiento es la oferta: proveedores clave señalaron que la producción futura está comprometida, con referencias a capacidad prácticamente vendida para el próximo año. Para amortiguar tensiones, Nvidia incrementa inversión en I+D y amplía su red de fabricación y suministro con el fin de atender una demanda global sin precedentes.
Alianzas estratégicas y proyección europea
El ecosistema también se refuerza vía acuerdos corporativos. Entre los anuncios recientes destacan colaboraciones con Uber para impulsar flotas de vehículos autónomos, con implicación de fabricantes como Stellantis, así como integraciones con Palantir y acuerdos con Oracle para acelerar cargas de trabajo empresariales sobre la pila de Nvidia.
En el ámbito de la salud, la compañía trabaja con Eli Lilly en un superordenador especializado, mientras que en telecomunicaciones se ha anunciado una inversión de 1.000 millones de dólares en Nokia para acelerar la transición hacia redes basadas en IA y 6G. Este último frente es especialmente relevante para Europa, donde la cadena de valor de las telecomunicaciones y la nube gana tracción gracias a la IA.
La dimensión del hito permite comparaciones llamativas: la capitalización de Nvidia equivale a cerca de la mitad del Stoxx 600 europeo y supera el tamaño agregado del mercado de criptomonedas, de acuerdo con estimaciones difundidas por agencias internacionales. Para los inversores en el continente, la confluencia entre centros de datos, 6G y automatización abre nuevas oportunidades, pero también exige disciplina de costes energéticos y seguridad regulatoria.
Riesgos, escrutinio y sostenibilidad del ciclo
Varias firmas de análisis subrayan que, aunque los fundamentales de demanda son robustos, el precio de la acción descuenta un crecimiento continuado que requiere ejecución impecable. La concentración del mercado en pocos proveedores de hardware y software plantea interrogantes sobre la resiliencia ante eventuales shocks de oferta o competencia.
También gana peso el debate sobre vigilancia regulatoria, ética y empleo: a medida que la IA se integra en sectores clave —finanzas, salud, manufactura, transporte o entretenimiento—, Europa y Estados Unidos intensifican el escrutinio. En este contexto, la posición de Nvidia dependerá de mantener el ritmo de innovación, diversificar suministros y alinearse con marcos normativos exigentes.
El salto a los 5 billones no solo certifica el momento dulce de Nvidia, también pone de relieve la centralidad de la IA en la economía global. Entre pedidos récord, nuevos superordenadores y alianzas con actores estratégicos —con especial acento en telecomunicaciones y Europa—, la compañía encara un escenario de grandes posibilidades y exigencias, donde la ejecución y la gestión del riesgo serán tan decisivas como la tecnología.