La lentitud a la hora de transferir archivos por USB es una de esas situaciones que pueden sacar de sus casillas incluso al usuario más paciente. ¿Quién no se ha encontrado alguna vez esperando eternos minutos, o incluso horas, a que una copia de archivos termine de pasar del ordenador a un pendrive o disco externo? Esta desesperante experiencia es mucho más común de lo que pensamos y, aunque pueda parecer que la culpa es del USB en sí, la realidad es que detrás de este problema pueden ocultarse multitud de factores, tanto de hardware como de software, configuración, tipos de archivos y hasta el cableado utilizado. Aquí vas a encontrar una guía definitiva, clara y actualizada para comprender todos los motivos por los que la transferencia de archivos por USB va tan lenta y, sobre todo, qué puedes hacer para solucionarlo de forma efectiva y sin rodeos.
Pocas cosas hay más frustrantes que ver cómo la barra de progreso comienza con una velocidad decente y, de repente, se desploma hasta cifras irrisorias o incluso se queda congelada durante varios minutos. Seguro que te han dicho mil veces que cambies de puerto, que formatees el pendrive o que compres uno mejor, pero ¿realmente sabes cuál es el cuello de botella en tu caso? Aquí desgranamos cada una de las causas y respuestas de la mano de los principales expertos y experiencias prácticas, para que de una vez por todas puedas copiar archivos por USB a la máxima velocidad que permite tu equipo. Prepárate para convertirte en el azote de los cuellos de botella.
Principales culpables detrás de una transferencia USB lenta
Antes de lanzarte a probar soluciones a ciegas, es fundamental entender todos los factores que afectan a la velocidad de transferencia de archivos por USB. Te sorprenderá saber cuántos elementos aparentemente insignificantes pueden influir directamente en ese tiempo de espera desesperante.
- Calidad y versión del dispositivo USB: No todos los pendrives ni discos externos son iguales, y la versión de la interfaz USB (2.0, 3.0, 3.1, 3.2, etc.) es decisiva.
- Tipo y estado de los puertos del ordenador: Usar puertos USB antiguos o en mal estado puede reducir la transferencia drásticamente.
- Alimentación eléctrica del puerto: Un puerto mal alimentado, sobre todo en el caso de los frontales o concentradores, limita el rendimiento.
- Configuración y drivers del sistema operativo: El software también tiene mucho que decir, especialmente los controladores y la configuración del sistema.
- Tipo de archivos y sistemas de archivos: La velocidad de transferencia varía en función del tamaño y formato de los archivos.
- Procesos en segundo plano y consumo de recursos: Tener el PC saturado de tareas o con el antivirus escaneando afecta al rendimiento general.
- Cables y accesorios: El uso de hubs, alargadores o cables de baja calidad puede ser fatal para la velocidad.
- Capacidad y espacio libre: Si el dispositivo está casi lleno, la transferencia se resiente notablemente.
- Compatibilidad y configuración en BIOS/Firmware: Una mala configuración o puertos deshabilitados pueden convertir un USB 3.0 en un 2.0 sin que te des cuenta.
El hardware: la base de toda transferencia
Versión del USB y calidad del dispositivo
Uno de los aspectos más determinantes en la velocidad de transferencia es la propia versión del USB que estés utilizando. USB 2.0 es ya historia: aunque en teoría puede alcanzar hasta 60 MB/s, las cifras reales rara vez superan los 25-30 MB/s, y muchos dispositivos ni siquiera llegan a eso. Si usas un pendrive o disco externo actual, asegúrate de que sea USB 3.0 o superior, pues las diferencias son abismales: USB 3.0 promete hasta 625 MB/s (en la práctica suelen ser 100-150 MB/s para pendrives y más de 300 MB/s para SSD externos de calidad).
Pero ojo, porque no sirve de nada tener un dispositivo USB 3.0 si lo conectas a un ordenador que solo tiene puertos 2.0, o viceversa. La transferencia siempre se ajustará a la velocidad del componente más lento. Así que verifica tanto tu pendrive o disco como los puertos de tu PC. Otra cuestión vital es la calidad de la unidad USB: hay muchas memorias y discos a precios bajos que, aunque anuncian velocidades decentes, en la práctica son exasperantemente lentos (y ni hablemos de las falsificaciones chinas).
Reconociendo los puertos y su verdadera velocidad
La mayoría de placas modernas incluyen puertos USB 3.0 en color azul, mientras que los 2.0 suelen ser negros y los tipo-C tienen un formato ovalado. Si tu equipo es antiguo, puede que solo cuente con USB 2.0, lo que supondrá un grave cuello de botella. Además, los puertos frontales suelen ser más lentos porque están conectados a la placa base mediante un cable más largo y pueden tener menos alimentación, así que siempre que puedas, conecta tus dispositivos USB directamente a los puertos traseros de la placa.
En portátiles, algunos puertos pueden ofrecer rendimiento reducido para ahorrar batería. Conviene comprobar en el manual del fabricante cuáles son los de alta velocidad y asegurarse de que no estén limitados por configuraciones de ahorro de energía. Además, un puerto tipo-C compatible con USB 3.1 o Thunderbolt puede disparar la transferencia de datos a cifras mucho más altas siempre que el dispositivo sea también compatible.
El cable importa (y mucho)
Parece una tontería, pero el cable USB puede ser uno de los principales culpables cuando las velocidades no son las esperadas. Cables muy largos, de mala calidad, o incluso aquellos diseñados solo para carga y no para datos, pueden limitar increíblemente la transferencia, generar errores o desconexiones. Utiliza siempre cables originales o certificados para datos, lo más cortos posibles y si es necesario, cámbialos para descartar problemas ocultos.
- Evita hubs o concentradores si buscas la máxima velocidad.
- Comprueba que el cable y el dispositivo soportan la misma versión de USB.
- Si dudas, prueba con varios cables distintos antes de descartar otros problemas.
El software: configuraciones y obstáculos invisibles
Controladores (drivers) y actualizaciones
Unos controladores obsoletos pueden estar impidiendo que tu equipo saque todo el partido a su hardware. Windows suele instalar drivers genéricos para que todo funcione mínimamente, pero muchas veces son versiones antiguas o poco optimizadas. De igual manera, asegúrate de tener el sistema operativo actualizado a la última versión soportada por tu hardware, idealmente Windows 10 o superior para aprovechar al máximo los protocolos USB modernos.
Directivas de rendimiento del dispositivo
Windows permite elegir cómo gestionar las unidades USB entre «Rendimiento rápido» y «Mejor rendimiento». Por defecto, suele estar configurado para permitir quitar el dispositivo de forma segura sin perder datos, pero eso ralentiza la transferencia. Si habilitas la opción de «Mejor rendimiento» desde el administrador de dispositivos (en las propiedades de la unidad), se activará el almacenamiento en caché de escritura, lo que puede aumentar notablemente la velocidad de copia. Pero recuerda: deberás usar la opción de extracción segura para evitar pérdidas de datos.
Sistema de archivos: ¿FAT32, exFAT o NTFS?
El tipo de sistema de archivos (partición) del USB determina tanto la compatibilidad con diferentes dispositivos como la velocidad de escritura/lectura y el tamaño máximo por archivo. FAT32 es el sistema universal, pero está anticuado y limita los archivos a 4 GB, además de tener velocidades muy modestas. exFAT es más moderno y versátil, pero su rendimiento en Windows no iguala al de NTFS, que es el recomendado para trabajar con archivos grandes y aprovechar la velocidad máxima en entornos Windows.
- Si solo usas Windows y archivos grandes, formatea el USB en NTFS.
- Para compatibilidad con Mac y otros dispositivos, exFAT es buena opción, pero asume menores velocidades.
- Evita FAT32 salvo que necesites retrocompatibilidad extrema.
Antivirus y programas que controlan el sistema
Los antivirus, antimalware y otras aplicaciones de protección pueden ralentizar sensiblemente la transferencia de archivos, especialmente si están analizando en tiempo real cada archivo copiado al dispositivo externo. Si sabes que los archivos son seguros, desactiva temporalmente el análisis en tiempo real o añade excepciones para las unidades externas mientras realizas transferencias grandes.
Procesos en segundo plano y consumo de recursos
A menudo el culpable de la lentitud no es el USB ni el PC, sino la acumulación de procesos activos en segundo plano ocupando memoria y procesador: actualizaciones automáticas, sincronización de la nube, programas de copia de seguridad, aplicaciones multimedia… Todo ello roba recursos, especialmente CPU y disco, y provoca que la transferencia USB se ralentice o incluso se detenga de forma intermitente.
- Abre el Administrador de tareas (Ctrl + Shift + Esc) y cierra procesos innecesarios antes de iniciar transferencias masivas.
- No realices descargas, indexaciones o análisis de virus durante el copiado.
- Deja el PC sin otras tareas hasta concluir la operación para evitar cuellos de botella.
Configuración de energía
El modo de energía del equipo puede afectar a la potencia de los puertos USB, sobre todo en portátiles donde el modo «ahorro» reduce la alimentación a los periféricos. Si tienes el portátil desenchufado, con poca batería, o configurado para ahorrar energía, es probable que la velocidad de transferencia se vea limitada. Cambia el perfil a «Rendimiento máximo» y, si es posible, mantén el equipo conectado a la corriente durante la copia de archivos.
BIOS y firmware
Algunos ordenadores traen puertos USB 3.0 deshabilitados por defecto en la BIOS o solo activos tras instalar un driver específico. Si ves que tu sistema detecta el dispositivo USB 3.0 como 2.0 o no supera ciertas velocidades, entra en la BIOS/UEFI y busca opciones referentes a “USB 3.0 Support”, asegurándote de que están activadas. Guarda los cambios y reinicia.
Archivos grandes, archivos pequeños y el temido cuello de botella
La transferencia de archivos grandes (varios GB) suele realizarse mucho más rápido, ya que el sistema aprovecha mejor el canal de datos. Sin embargo, intentar transferir miles de archivos pequeños (fotos, documentos, logs, etc.) rápidamente puede ser muy lento, ya que cada uno requiere abrir, escribir, cerrar y verificar, saturando el sistema de archivos. Para mejorar la velocidad:
- Agrupa archivos pequeños en un archivo comprimido antes de transferirlo.
- Evita copiar muchos archivos sueltos.
- Utiliza utilidades avanzadas de copia como TeraCopy o Ultracopier que gestionan mejor las colas y aceleran procesos.
Estos programas permiten controlar, pausar y reanudar transferencias, además de verificar la integridad y optimizar las colas de archivos a mover.
Estado y fragmentación del disco de origen y destino
El estado de los discos involucrados afecta notablemente la velocidad. Discos llenos o fragmentados leen y escriben más lentamente, afectando incluso si el USB es rápido. Para mejorar el rendimiento, desfragmenta discos mecánicos y mantiene suficiente espacio libre en SSDs. También, intenta que tanto el origen como el destino sean dispositivos rápidos y actualizados.
El sistema de archivos y la compatibilidad
El sistema de archivos determina la velocidad y compatibilidad. FAT32 es compatible universalmente pero anticuado, con límites en tamaño de archivos. NTFS ofrece mejor rendimiento en Windows y soporta archivos mayores. exFAT es recomendado para compatibilidad con Mac y otros sistemas aunque con menor velocidad. Siempre formatea en el sistema que mejor se adapte a tus necesidades, haciendo copia de seguridad previa.
¿Qué hacer si tu USB sigue siendo lento?
Guía de pasos recomendados para solucionar el problema
- Cambia de puerto USB y prueba en los traseros, conectando el USB directamente a la placa base.
- Utiliza un cable de calidad y lo más corto posible.
- Actualiza tanto el sistema operativo como TODOS los drivers (chipset, USB, almacenamiento).
- Habilita el modo “Mejor rendimiento” en las directivas de la unidad USB desde el Administrador de Dispositivos.
- Valida y, si es necesario, cambia el sistema de archivos al que más te convenga (NTFS o exFAT).
- Desactiva temporalmente el antivirus o el análisis en tiempo real durante las transferencias, si estás seguro del origen de los archivos.
- Cierra programas en segundo plano y deja el equipo libre de tareas pesadas.
- Comprueba la configuración de energía para evitar modos de ahorro que limiten los USB.
- Verifica en la BIOS que el soporte USB 3.0 está activado si tu equipo es compatible.
- Analiza el estado de los dispositivos de almacenamiento, tanto origen como destino. Haz limpieza de archivos innecesarios y comprueba que no estén casi llenos.
- Si tras todo esto la velocidad no mejora, prueba en otro ordenador, así descartarás si el problema está en el PC, el USB o ambos.
Soluciones avanzadas y software especializado
En ocasiones, el explorador de archivos de Windows se queda corto, especialmente con grandes cantidades de archivos. Programas especializados como programas de copia avanzada permiten gestionar las transferencias con mayor control, pausarlas, reanudar y verificar la integridad de los datos, optimizando los procesos.
- TeraCopy: control total, pausas, reanudar y verificar integridad.
- Ultracopier y Copy Handler: opciones avanzadas y gestión de colas.
- FastCopy y Fast File Copy: máxima velocidad en archivos grandes o directorios completos.
- CopyMastro: copias incrementales, verificación y gestión avanzada de archivos.
Recuerda que, aunque estos programas ayudan a gestionar mejor el proceso, la velocidad final sigue dependiendo del hardware, cable y puertos.
Problemas frecuentes en la transferencia por USB y cómo abordarlos
Dispositivo casi lleno o muy fragmentado
Un USB lleno o fragmentado reduce notablemente la velocidad. Libera espacio y desfragmenta si es necesario para mejorar el rendimiento.
Archivos corruptos o daños físicos
Errores en la unidad pueden esconder sectores defectuosos o daño físico. Escanea y, si es necesario, reemplaza la unidad para evitar pérdida de datos.
Compatibilidad limitada y dispositivos antiguos
Con equipos antiguos o USB 2.0, las velocidades estarán limitadas. La actualización de hardware o añadir tarjetas USB 3.0 puede ser necesaria.
Otras alternativas cuando el USB no rinde
Si la velocidad sigue siendo insuficiente, considera opciones como:
- Usar la nube: servicios como Google Drive o OneDrive para transferencias rápidas a través de Internet.
- Red local (LAN): compartir carpetas en la misma red para archivos grandes si ambos equipos están conectados por cable.
- Discos duros externos de alta velocidad: unidades con USB tipo C o Thunderbolt superan a pendrives económicos.
- Servicios online de transferencia: plataformas como WeTransfer para enviar archivos sin hardware adicional.
Consejos prácticos para acelerar la transferencia por USB
- Prioriza archivos grandes o comprimidos: agrupa en ZIP o RAR antes de transferir.
- Copia un archivo a la vez si hay bloqueos: evita saturar el sistema con varias copias simultáneas.
- Evita abrir otros procesos durante la copia: cierra programas pesados y realiza la transferencia en un entorno libre de tareas.
- Verifica el uso de recursos: Usa el Administrador de tareas para evitar saturar la RAM y CPU.
Información técnica relevante: estándares y límites de velocidad
Conocer los límites teóricos de cada estándar USB ayuda a gestionar expectativas:
Versión | Velocidad máxima teórica | Tipo de conector |
---|---|---|
USB 1.1 | 1,5 MB/s | Type-A, Type-B |
USB 2.0 | 60 MB/s | Type-A, Type-C |
USB 3.0 / 3.1 Gen 1 | 625 MB/s | Type-A, Type-C |
USB 3.1 Gen 2 | 1250 MB/s | Type-A, Type-C |
USB 3.2 (Gen 2×2) | 2500 MB/s | Type-A, Type-C |
Thunderbolt 3/4 | 5000 MB/s | Type-C |
La velocidad real suele estar lejos del máximo teórico, y si tus transferencias son significativamente más lentas, revisa hardware y configuraciones. Para profundizar más, puede ser útil revisar .
Preguntas frecuentes relacionadas con la velocidad USB
- ¿Por qué mi USB nuevo es mucho más lento de lo esperado? Verifica puertos, cables y programa en uso. Prueba en otros equipos para descartar hardware defectuoso.
- ¿Es seguro desactivar el antivirus durante la copia? Solo si confías en los archivos y los has comprobado previamente, y recuerda activarlo de nuevo al terminar.
- ¿Puedo recuperar archivos perdidos si algo sale mal? Herramientas como ayudan en estos casos.
- ¿Cuál es el mejor sistema de archivos para velocidad? NTFS para Windows, exFAT para compatibilidad y velocidad moderada, FAT32 solo si es imprescindible.
- ¿Un USB lleno va más lento? Sí, la velocidad de escritura disminuye cuando queda poco espacio libre.
Con esta guía ya sabras los motivos detrás de una transferencia por USB lenta y qué hacer para solventarlo correctamente. Comparte la información para que otras personas conozcan las fallas y sepan cómo solucionarlo.