En la ciudad de Nueva York (Estados Unidos de América), iniciaron hace unos meses un potente plan de reestructuración que pretende sustituir las cabinas telefónicas tradicionales por cabinas de conexión WiFi gratuitas, con unas conexiones de infarto y que podrían permitir a todos los ciudadanos tener acceso a internet en cualquier momento. Sin embargo, el problema que han ocasionado parece haber pillado desprevenidas a las autoridades, las personas sin hogar y delincuentes sexuales se pasan el día acaparando la conexión y masturbándose en público viendo contenido sexual explícito a través de las redes. Esta situación comienza a preocupar al grueso de la ciudadanía, que está cuestionándose seriamente si merece o no la pena esta alternativa.
Según The Guardian, la empresa encargada de la gestión de este servicio público se ha visto obligado a suspender la conexión a internet en las cabinas, al menos hasta que encuentren una solución o sean capaces de bloquear este tipo de contenido sexual explícito en las redes públicas.
Este tipo de problemas surgen por razones obvias, el contenido más visitado y que mayores ingresos genera en el mundo de internet es el pornográfico, y los más naturales instintos de quienes no tienen aprecio alguno por el orden y la ciudadanía están llevando al límite esta iniciativa tan moderna y beneficiosa. Todo esto a pesar de que este servicio es capaz de filtrar el contenido web pornográfico para bloquearlo, y de algún modo que desconocen las autoridades aún, los delincuentes sexuales han sido capaces de saltar el bloqueo.
Las cabinas sirven para mucho más que para ver pornografía a través de sus redes, también permiten realizar llamadas gratuitas y cargar menguante USB nuestro dispositivo móvil. Una vez más, una iniciativa pública interesante que acaba por los suelos debido al mal uso de las instalaciones públicas.
Porque Rodo