PSP Slim

Trabajar tiene sus ventajas. Casi ninguna, pero las tiene. Por ejemplo que te pagan. Y así me he podido comprar la nueva PSP Slim en color Ice Silver (gris para entendernos). Os paso a comentar mis impresiones.

Las comparaciones no son odiosas.

Yo me he comprado la Slim y mi hermano tiene la clásica, la que ahora llaman Fat. Cuando por fin vi presentado el nuevo modelo allá en el verano, me decepcioné bastante. Esperaba una revisión como la que tuvo la Nintendo DS. Seguramente dadas las características físicas de la PSP eso era imposible. Sin embargo, estoy bastante sorprendido al ver en mis propias manos el resultado final.

Los cambios.

Lo primero que llama la atención es el peso. ¡Es muy ligera! Cuando la coges te das cuenta de que es una maravilla tecnológica. Recordemos que tras la dieta ha perdido un 33% del peso. Definitivamente se nota y mucho. Lo malo es que el material del que está hecha es plasticucho brillante (aluminio hubiera sido increíble) y parece que tienes un juguete entre las manos. En cuanto la enciendes y ves de lo que es capaz se te pasa esa sensación.

El tamaño también es evidente, es todo lo fina que podría ser. Realmente cómoda. La antigua PSP parece un ladrillo a su lado.

La pantalla sigue siendo de 4,3″ pero un poco más brillante. Yo no noto especial diferencia, quizá el material del que está hecha en sí. Es parecido a los portátiles de Sony si habéis visto uno relativamente nuevo. Refleja bastante cuando está apagada pero eso ayuda a realzar los negros una vez que funciona.

Las teclas de dirección parecen iguales aunque he leído que mejoran las diagonales. No he tenido oportunidad de comprobarlo. El stick analógico ofrece un poco más de resistencia y sin embargo es más suave. Da gustillo moverlo. Los botones responden igual que los del mando de la Play. Se acabó el problema del cuadrado, que era más difícil de pulsar. En general la sensación es más positiva.

Por último, se ha doblado la memoria interna. Eso hace que los juegos carguen más rápido. Por ejemplo, el Midnight Club 3 era insoportable. El juego en sí era una maravilla pero los tiempos de carga incluso entre los menús lo hacía injugable. Pero ahora ha vuelto para ser mi rey. Que hayan doblado la memoria interna no es cuestión baladí. Un ejemplo: en mi PC, cuando tenía 512 MB de RAM probé el Doom 3 por curiosidad. Hasta que no tuve 1 GB no jugé seriamente a él. La fluidez era la misma, pero que cargara mucho más rápido marcaba la diferencia. Quizá hayáis experimentado algo similar.

Pequeños defectos.

El más evidente es que la luz de la pantalla se cuela a través de una rendija del mando analógico y a través del cuadrado. Lo he visto en dos PSP Slims, en una se colaba más que en la otra. Molesta un pelín cuando estás con la luz apagada. Si no, no se aprecia.

El plástico, como ya he dicho antes, es un poco cutre. Era más consistente en la Fat y no comprendo por qué no han usado aluminio en plan iPod. Además, el aspecto en las imágenes de estudio y el real varía a peor. Y es una variación evidente, un poco como las hamburguesas de los anuncios y las que luego te comes.

Por último la caja. Cuesta 170€ pero viene con lo justo. Es decir, la PSP y el cable de alimentación. Ni auriculares, ni funda, ni memory stick… ni cable USB. Sí, seguramente no necesites comprar algunas de esas cosas porque ya las tengas de otros aparato, pero da la sensación de que estos de Sony son un poquillo ratas.

Conclusión.

Es una compra recomendada. Alguno se preguntará si es fácil cargar emuladores y este tipo de cosas. Bien, teniendo una PSP clásica hackeada se puede hacer. Hay que seguir unos cuantos pasos pero no entrañan ninguna dificultad. Y después todo va como la seda.

Sony ha hecho un buen trabajo. Sin embargo aún queda un caballo de batalla: los juegos. En próximos posts comentaré algo sobre esto. Pero ya adiverto que en Gamespot, aunque siempre son durillos puntuando, no hay ninguno que supere el 8.5. Y en Meristation casi.