Intel ha realizado repetidos intentos para adentrarse en el mercado de la telefonía móvil, pero todos ellos se han ido al traste debido al pobre rendimiento que ofrecían sus procesadores donde Qualcomm domina el mercado con los chips ARM. Finalmente, Intel tomó la decisión de no seguir intentándolo y se ha centrado en los procesadores de escritorio.
Pero los últimos movimientos de Qualcomm apuntan a que se está preparando para dar el salto a los ordenadores de escritorio, al menos a los nos ofrecen menores prestaciones como pueden ser los que a día de hoy están gestionados por procesadores de Intel Celeron y Atom. En un principio, los procesadores Snapdragon 850 / 950 estaban destinados a este tipo de equipos pero su pobre rendimiento hizo replantearse la idea.
Pero parece que con el Snapdragon 1000, la compañía quiere convertirse en el procesador por excelencia de los ordenadores gestionados por Windows 10. A día de hoy, los procesadores de Qualcomm están presentes en un gran número de smartphones, wearables, dispositivos conectados… Su entrada en el sector de los ordenadores de escritorio o portátiles de momento no ha sido posibles por la falta de potencia que ofrecían, una potencia que podrá ofrecer perfectamente el Snapdragon 1000.
Para que un procesador pueda aumentar su rendimiento, debe añadir más núcleos además de consumir más energía. Qualcomm quiere que el consumo máximo de energía de estos procesadores sea de 6,5 vatios, 1,5 más que el consumo actual del Snapdragon 845 que integran la mayoría de smartphone de gama alta que están llegando al mercado a lo largo de este año.
De esta forma, se podría a la misma altura que el consumo de energía que actualmente ofrecen los procesadores Celerom y Atom de Intel, a los cuales podría superar con bastante facilidad. En tan solo un año, si se confirma el lanzamiento del Snapdragon 1000, la compañía habría pasado en tan solo un año del 835/845 y de 850/950 al 1000.
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