Spotify ha movido ficha con un cambio importante en su plan con publicidad: a partir de ahora, quienes no pagan suscripción pueden buscar y reproducir directamente la canción que quieran desde el móvil, dejando atrás el encorsetado modo aleatorio que llevaba años generando quejas.
La compañía acompaña este giro con tres funciones globales pensadas para simplificar la experiencia: «Pick & Play» (elegir y reproducir), «Search & Play» (buscar y reproducir) y «Share & Play» (compartir y reproducir). En la práctica, supone dar mucho más control sin pasar por caja, aunque con límites que siguen diferenciando el plan gratuito del Premium.
Qué cambia en Spotify gratis
Desde ya, los usuarios pueden abrir la app y tocar cualquier pista para que suene al instante, ya sea desde la barra de búsqueda, la página de un álbum o una lista de reproducción. También funciona cuando te pasan un enlace: si un amigo comparte un tema por WhatsApp o redes, puedes abrirlo y escucharlo sin esperas.
Hasta ahora, el plan gratuito obligaba a escoger una lista y escuchar en aleatorio, con apenas seis saltos por hora. Con la nueva experiencia, la pista que eliges suena bajo demanda y, dependiendo del uso, la reproducción posterior puede volver al modo aleatorio, manteniendo el tope de saltos para evitar abusos.
Spotify habilita además la opción de reproducir canciones compartidas desde otras apps con un toque. Esta integración acelera el clásico “oye, escucha esto” y elimina el rodeo de tener que buscar manualmente el tema en la plataforma.
En la organización del contenido, la versión gratis permite crear tus propias playlists: pones un título, añades unas cuantas canciones y la app sugiere temas relacionados “con un toque” para seguir ampliándolas de forma rápida.
También hay hueco para la personalización estética: el diseño de portadas de listas (con colores, imágenes y efectos de texto) ya está disponible en numerosos mercados —la compañía cita 128—, mientras que continúan las playlists editoriales y las personalizadas como Descubrimiento Semanal y Radar de Novedades.
¿Te gusta cantar? Las letras sincronizadas siguen accesibles en el plan gratuito: basta con deslizar hacia arriba en la pantalla de reproducción para ver la letra avanzar al ritmo de la música y compartir fragmentos en redes si te apetece.
Límites y diferencias con Premium
Aunque el salto es notable, el plan gratuito mantiene su esencia: hay publicidad y ciertas restricciones para favorecer el equilibrio entre control y negocio. El límite de seis saltos por hora continúa, junto con una calidad máxima de audio más contenida y sin acceso a todas las herramientas avanzadas.
Además, Spotify ha confirmado la existencia de un límite diario de “tiempo bajo demanda”. Cuando se agota, la experiencia vuelve a acotarse (recuperando el aleatorio y el tope de saltos), algo que la compañía no ha detallado con cifras concretas y que puede variar en función del uso.
Las descargas para escuchar sin conexión siguen reservadas para los suscriptores de pago; en el plan con anuncios solo cabe descargar podcasts. Del mismo modo, el control total de la cola o funciones más finas de reproducción quedan fuera del alcance de quienes usan la versión gratuita.
Entre los extras del nivel Premium aparece la nueva opción de audio sin pérdidas (FLAC de hasta 24 bits/44,1 kHz), que permite disfrutar de una calidad notable en móviles, ordenadores, tablets y dispositivos compatibles con Spotify Connect. El despliegue ya ha comenzado en países como Alemania, Japón, Estados Unidos, Suecia o Reino Unido y se ampliará a más mercados durante las próximas semanas.
La compañía indica que los usuarios recibirán una notificación cuando el audio sin pérdidas esté disponible en su región, y podrá configurarse de manera independiente por dispositivo desde los ajustes de calidad de audio.
Motivación y efectos en el mercado
Este movimiento no es solo técnico, también es estratégico. Spotify quiere aumentar la actividad de quienes no pagan, exponiéndoles a más inventario publicitario y mejorando sus métricas de engagement. El objetivo declarado de la compañía es que la publicidad gane peso en el negocio, y ofrecer más control gratis puede traducirse en más minutos de escucha.
Hay otro factor: muchos suscriptores de pago empiezan su relación con la plataforma en el plan con anuncios. Si la primera impresión es mejor, aumentan las opciones de retener a esos usuarios y, más adelante, convencerles de subir a Premium para eliminar anuncios y acceder a funciones avanzadas.
En lo competitivo, el cambio acerca la experiencia gratuita de Spotify a la de rivales como YouTube Music y Amazon Music, que ya ofrecían más flexibilidad. Reducir fricciones para poner una canción concreta puede evitar fugas a otras apps en momentos clave —por ejemplo, al descubrir un tema en redes o recibir una recomendación por mensajería—.
Para la comunidad, lo relevante es que la experiencia diaria se hace más práctica: menos vueltas para escuchar “esa” canción, mejores herramientas para organizar listas y más opciones sociales, sin tener que pasar por una suscripción de pago si no te compensa.
Quien use Spotify sin pagar tiene ahora lo esencial: poner al vuelo la canción que se le ha metido en la cabeza y explorar con más libertad, aunque con publicidad, límites de saltos y un tope de escucha a la carta que marca la diferencia con Premium. Para la empresa, sumar control en la capa gratuita refuerza su posición frente a la competencia y abre la puerta a más ingresos por anuncios sin diluir los incentivos del plan de pago.
