En el año 2000 podíamos encontrarnos una cabina en una enorme cantidad de rincones de nuestra ciudad, y es que había repartidas por toda España más de 100.000, ubicadas sobre todo en pequeñas poblaciones o pueblos donde no todo el mundo disponía de teléfono fijo en casa. Con el paso del tiempo y la consolidación de la telefonía móvil han ido perdiendo cada vez más presencia, hasta el momento de verse muy próximo su final.
En la actualidad y según cifras oficiales la cifra de cabinas en nuestro país no llega a las 25.000. Su uso es muy pequeño y su mantenimiento muy costoso debido a que son habitualmente destrozados en actos vandálicos. El triste final de las cabinas españolas está muy cerca, y es que ninguna operadora de telefonía quiere hacerse cargo de ellas.
¿De quién son las cabinas españolas?
Las cabinas españolas son un servicio público al estar consideradas un servicio universal en el Derecho europeo y que en la actualidad están gestionadas y mantenidas por Movistar que fue obligada por el Ministerio de Industria a hacerse cargo de ellas durante cuatro años con un decreto o más bien con un decretazo. La compensación monetaria fue de 1.2 millones de euros, algo que a todas luces parece insuficiente para realizar el mantenimiento.
Como ya decíamos antes las cabinas son foco continuo de actos vandálicos, que hacen que los pocos ingresos que generan por no decir ninguno, tengan que ser invertidos en repararlas y mantenerlas prácticamente de forma constante.
Esto ha supuesto que ninguna de las tres grandes operadoras de telefonía de nuestro país, como son Movistar, Orange y Vodafone se haya presentado al concurso abierto por el Ministerio de Industria que inicio el pasado 30 de septiembre para hacerse cargo del servicio de cabinas para los próximos 5 años.
El anuncio y triste final de las cabinas
A día de hoy los tres grandes operadoras de telefonía son las únicas capaces de asumir la difícil tarea de ofrecer el servicio español de cabinas, debido a la cantidad de ellas que todavía quedan instaladas, pero sobre todo por las continuas reparaciones que se deben de hacer en puntos muy diferentes del territorio español. Además no hay que olvidar que el servicio no es tampoco sencillo de ofrecer para una empresa de pequeño tamaño, que tal vez pudiera estar interesado en hacerse con el servicio de cabinas, para por ejemplo hacer un uso publicitario.
Ante la negativa de Movistar, Orange y Vodafone a participar en el concurso del Ministerio de Industria, a este solo le queda intentar que las cabinas de teléfono dejen de ser un servicio universal, o bien llevar a cabo de nuevo un decretazo y obligar a alguna de las grandes operadoras a hacerse con este servicio con el que posiblemente perderán más dinero del que puedan ganar.
El final de las cabinas parece inevitable, pero tal vez desde el Ministerio de Industria se nieguen a que este suceda ya y dejen a algunas personas sin la posibilidad de usar las cabinas públicas. Muy pronto sabremos la decisión gubernamental.
La lógica sería convertir en historia a las cabinas, pero…
En la actualidad la mayoría de personas disponemos de un dispositivo móvil con el que realizar cualquier llamada que necesitemos, aunque sigue habiendo un gran parte, sobre todo de personas de avanzada edad que siguen utilizando las cabinas.
La lógica para casi todos sería convertir en historia a las cabinas, sacándolas de los servicios universales, y quitándolas de las pocas calles donde ya nos podemos encontrar una. Sin embargo para esas personas que siguen usándolas sería una decisión terrible, y es que sería dejarlas incomunicadas en pueblos, donde en algunos casos no existe cobertura móvil para poder realizar llamadas a través de un smartphone.
Las cabinas españolas, así como las de otros muchos países, muy pronto serán historia, pero no creo que vaya a ser de forna inmediata, y todo hace pensar que Orange o Vodafaone tendrán que correr con los gastos que suponen después de que los últimos cuatro años lo hiciera Movistar, tras ser obligado por el Ministerio de Industria.
Opinando libremente
Sinceramente no recuerdo la última vez que utilicé una cabina, aunque si está en mi memoria todas aquellas veces que acudí con mi abuela a la cabina del pueblo, mientras estábamos de vacaciones, y para hablar con mis padres. Hoy en día todos tenemos un dispositivo móvil y nadie o prácticamente necesita una cabina.
Opinando en primera persona creo que las cabinas en la actualidad son focos de vandalismo, que nos cuestan a todos dinero, y que sirven para poco. Tal vez sería más lógico comenzar por eliminar las de las grandes ciudades, donde son meros objetos decorativos, y estudiar el uso de todas las situadas en pueblos o poblaciones pequeñas, con el objetivo de no dejar a nadie sin este servicio considerado como universal.
Algunas personas mayores utilizan todavía las cabinas, pero tal vez al Ministerio de Industria le salga más rentable ofrecerles métodos alternativos a esos usuarios de las cabinas, que seguir desembolsando 1.2 millones de euros a una operadora de telefonía móvil para que mantenga en las calles el desfasado y cada vez menos usado servicio de cabinas.
Se que es imposible o al menos muy difícil, pero debemos de pasar a la historia a las cabinas, eso si con el cuidado o el tacto de no dejar a nadie sin un servicio y sin la posibilidad de comunicarse con amigos o familiares. Tal vez alguna persona mayor lo usa sin saber que tiene a su disposición otros muchos métodos. Por desgracia al Ministerio de Industria le sale más barato gastarse 1.2 millones de euros todos los años, que pensar una solución adecuada para las cabinas y para sus pocos usuarios.
¿Crees se debería de plantear la eliminación y desmantelamiento del servicio de cabinas de nuestro país?. Cuéntanos tu opinión en el espacio reservado para los comentarios de esta entrada o bien a través de alguna de las redes sociales en las que estamos presentes y donde estaremos encantados de debatir sobre este y otros muchos temas.