Hace algo así como un par de años, un grupo de científicos compuesto por tres personas consiguió que se les otorgase el Premio Nobel de Física gracias a un trabajo relacionado con el mundo de los superconductores y los superfluidos donde aparecía una explicación muy detallada y contrastada por otros equipos de una nueva fase bastante extraña de la materia.
Desde entonces, a pesar del gran valor que tenía esta nueva teoría, lo cierto es que no se le han encontrado aplicaciones reales que puedan hacer uso de esta teoría, al menos hasta ahora, justo cuando un nuevo equipo compuesto por integrantes de la Universidad de Stanford (Estados Unidos) y la Universidad de Sydney (Australia) y Microsoft han conseguido crear un componente eléctrico 1000 veces más pequeño comparado con la versión que utilizamos hoy día. Sin lugar a dudas hablamos de un nuevo paso en la miniaturización de dispositivos que nos permitirá seguir avanzando en materia de computación.
Esta teoría de los materiales nos permitirá fabricar ordenadores cuánticos mucho más pequeños
En caso de que no recuerdes el por qué este grupo de tres investigadores ingleses consiguió llevarse el Premio Nobel de Física en 2016, comentarte, a grandes rasgos y sin entrar demasiado en profundidad, que su trabajo explicaba cómo, bajo ciertas condiciones, algunos materiales podían conducir muy fácilmente electrones a lo largo de toda su superficie con la propiedad de que estos, en su interior, funcionaban como un aislante.
Lo más importante de toda esta investigación fue que los encargados de la misma y del desarrollo proyecto con tanto valor como este consiguieron descubrir ciertos casos en los que la materia transitaba entre diferentes estados sin romper su simetría. Para entender esto un poco mejor, te propongo un ejemplo tan sencillo como puede ser el proceso que ocurre justo cuando los átomos de agua se reorganizan en hielo o vapor.
Esta teoría es imprescindible para conseguir reducir el tamaño de diferentes componentes electrónicos
Para hacernos una idea, comentarte que le descubrimiento que finalmente ganó el Premio Nobel de 2016, tal y como se anunció en su momento, iba a ser imprescindible para conseguir reducir el tamaño de los componentes electrónicos de tal forma que finalmente las computadoras cuánticas iban a poder fabricarse en una escala que las hiciese útiles, uno de los problemas que a día de hoy presenta esta novedosa tecnología.
Ahora ha sido cuando el equipo de investigadores compuesto por integrantes de centros de investigación y desarrollo tan dispares ha conseguido dar un paso al frente y fabricar literalmente un componente eléctrico, bautizado con el nombre de circulador que, como decíamos anteriormente, es unas 1000 veces más pequeño al utilizado hoy día en los pocos ordenadores cuánticos que existen en activo.
Este es tan sólo un primer paso para conseguir que la computación cuántica sea una realidad en nuestro día a día
En cuanto a la computación cuántica se refiere, lo cierto es que a día de hoy los expertos se están haciendo bastante buenos en conseguir unir qubits en números cada vez mayores, el problema es que todavía debemos trabajar en conseguir reducir los qubits a tamaños lo suficientemente pequeños como para conseguir modificar cientos de miles a la vez en un espacio que tiene que ser lo suficientemente pequeño, algo que a día de hoy presenta un completo desafío.
Para hacernos una idea de la escala a la que se trabaja hoy día en este campo, comentarte que un circulador es una pieza que básicamente funciona como una rotonda para señales eléctricas, gracias a esta pieza se consigue que la información se dirija en una única dirección. Hasta ahora, las versiones más pequeñas de este hardware podían guardarse en la palma de una mano. Con esto en mente, imagina poder crear un nuevo circulador pero hasta 1000 veces más pequeño.
Como era de esperar, los investigadores que han conseguido crear este hardware no solo trabajan en mejorar su funcionamiento, sino que ya están buscando formas de conseguir reducir el tamaño de nuevos componentes electrónicos.