La religión siempre ha sido un tema controvertido desde antaño en los videojuegos. Muchas compañías han tratado -y tratan- de evitar el choque entre la fe y los contenidos de sus programas, recurriendo a una autocensura que evitase futuros problemas con determinadas comunidades religiosas. Una compañía bien conocida por el tijeretazo en contenidos es la mítica Nintendo, que siempre procuraba curarse en salud, aunque como veremos, no siempre fue así.
En este reportaje, y aprovechando la candente actualidad, vamos a hacer un repaso a algunos de los casos más sonados en los que un videojuego ha sido el centro de las críticas de la comunidad musulmana más ferviente.
Comenzamos subiéndonos a nuestra máquina del tiempo y retrocediendo a 1998, un gran año para los videojuegos y en el que se estrenó uno de los mejores juegos de la historia: hablamos del mítico The Legend of Zelda: Ocarina of Time. En los primeros cartuchos que aparecieron, se podía encontrar un símbolo muy similar al de la media luna islámica, empleado para representar al pueblo gerudo y que incluso aparecía sobre la superficie del espejo de luna. Las críticas de la fe del islam obligaron a Nintendo a retirar aquel símbolo y a reemplazarlo posteriormente con uno nuevo, como veríamos en el port de GameCube o en el fantástico remake para 3DS.
Pero el choque cultural con el islam no terminó ahí, y en una de las mazmorras del juego, concretamente en el Templo del Fuego, podían oírse coros musulmanes que rezaban «no hay más que un Dios», «en el nombre de Dios, el más compasivo y misericordioso» o Allahu Akbar, que siginifica «Dios es el más grande».
Un caso similar fue el de Zack & Wiki, aquella simpática aventura elaborada por Capcom para Wii, donde también se escucharon coros de Allahu Akbar durante el primer vídeo promocial del juego, lo que empujó a la Council American Islamic Relations -un lobby musulmán estadounidense- a presentar una queja formal ante la nipona, quien no dudó en elimiar aquella referencia del juego y a no volver a difundir ese vídeo promocional.
El creativo y colorido LittleBigPlanet también estuvo en el ojo del huracán por un incidente idéntico. En el primer nivel del tercer mundo del juego, llamado Swinging Safari, un jugador musulmán encontró frases del Corán en la letra de la canción de aquella pantalla, en las que podían escucharse sentencias como «perecerá todo lo que hay en la Tierra» o «cada alma deberá llevar consigo el sabor de la muerte». Al parecer, mezclar citas del Corán con música es algo considerado ofensivo, y Sony, ante la situación, se vio obligada a revisar ese contenido del juego y a emitir unas disculpas.
En el juego de lucha Tekken Tag Tournament 2 podemos combatir en un escenario de Aarabia Saudí llamado Modern Oasis. Por lo visto, en el suelo de este stage podía encontrarse un grabado con la palabra Allah, una situación muy injuriosa, ya que en la religión musulmana está prohibido pisar el nombre de Dios. Las quejas llegaron directamente al Twitter del productor de Tekken, Katsuhiro Harada, quien se disculpó y alegó que todo era un error por desconocimiento, y se lanzó un parche para eliminar ese detalle del escenario.
El último caso que os mostraremos nos trae como protagonista al polémico Call of Duty: Modern Warfare 2. Una de las diversas controversias con las que nos llegó este juego de acción bélica -recordemos el espeluznante nivel de «Nada de ruso»- residía en uno de los mapas del modo multijugador conocido como Favela. En él, podíamos acceder a un baño donde encontrábamos unas pinturas. Si nos fijábamos en los marcos, podía hallarse una inscripción en árabe que rezaba algo como «Allah es belleza y ama la belleza». A la comunidad musulmana no le pareció muy apropiado encontrar referencias sobre Dios en un cuarto de baño, y una vez más, la editora tuvo que corregir la situación con una actualización y entonar el mea culpa.