El final del soporte estándar de Windows 10 está a la vuelta de la esquina y, con él, la incógnita sobre cómo proteger los equipos que no darán el salto a Windows 11. Microsoft ha movido ficha y hay un respiro: en el Espacio Económico Europeo habrá Actualizaciones de Seguridad Extendidas gratuitas durante un periodo adicional.
Mientras tanto, en otros mercados se mantienen alternativas sin coste condicionadas o la posibilidad de pagar por ese servicio. Todo llega tras la presión de asociaciones de consumidores y ante la realidad de que millones de PC siguen en Windows 10, algunos con hardware que no cumple los requisitos de Windows 11.
Qué cambia y a quién afecta
La compañía confirma que, tras la fecha de fin de soporte, los usuarios de Europa podrán seguir recibiendo parches críticos e importantes para Windows 10 durante un año más. Se trata del programa ESU, pensado para cubrir vulnerabilidades mientras se planifica la migración.
Conviene subrayarlo: ESU no incorpora nuevas funciones, no altera la interfaz y no corrige errores que no sean de seguridad. Es, en la práctica, una red de seguridad temporal enfocada solo en riesgos conocidos.
Para hogares, pymes y administraciones con equipos que dependen de periféricos o software sensibles, la prórroga reduce la presión y permite organizar el salto a Windows 11 con menos prisas y más control.
Quienes continúen en Windows 10 sin ESU quedarán expuestos a amenazas que ya no tendrán parche oficial, un escenario que los expertos consideran cada vez más delicado con el tiempo.
En paralelo, la propia Microsoft insiste en que Windows 11 es la ruta preferente a medio plazo por su arquitectura de seguridad, pero reconoce que no todos los equipos podrán actualizarse.

Cómo conseguir las ESU gratuitas según tu región
En el Espacio Económico Europeo, el acceso al año extra sin coste se habilita al iniciar sesión con una cuenta Microsoft en el PC y mantener esa sesión activa; consulta cómo activar el programa ESU. No se exige usar Windows Backup ni canjear puntos de Rewards.
Si estás en Estados Unidos u otros países fuera del EEE, la vía gratuita requiere optar por una de estas dos opciones: subir y sincronizar la configuración mediante Windows Backup en la nube de Microsoft, o canjear 1.000 puntos de Microsoft Rewards. Quien no cumpla estas condiciones puede pagar una cuota anual.
En todos los casos, el mecanismo de distribución será Windows Update: los equipos elegibles verán un aviso para inscribirse en ESU y, desde ahí, escogerán la modalidad que mejor encaje con su situación.
Importante: para participar suele requerirse estar en Windows 10 versión 22H2 y completamente actualizado antes del fin del soporte general, algo que evita incidencias de inscripción y asegura la recepción de parches.
Si tenías bloqueadas actualizaciones o servicios de Windows Update, revisa las políticas y excepciones porque podrían impedir la alta correcta en ESU.

Requisitos y condiciones que debes tener en cuenta
En Europa, la condición es clara: la sesión con tu cuenta Microsoft debe permanecer activa. Si el equipo pasa hasta 60 días sin usar esa cuenta, las ESU se suspenden y hay que volver a iniciar sesión para reactivarlas.
Esta validación vincula el dispositivo y al usuario, y sirve para verificar que el equipo se encuentra dentro del EEE. No añade funciones nuevas ni implica sincronizar la copia de seguridad en la nube en esta región.
En entornos gestionados (dominio, Entra ID, MDM), conviene probar un piloto para comprobar que la sesión MSA convive con las políticas corporativas sin fricción operativa.
Recuerda que ESU no arregla incompatibilidades de hardware ni limita el software obsoleto; simplemente reduce el riesgo mientras se define si renovar, virtualizar o aislar los equipos que no pueden pasar a Windows 11. Si decides mantener Windows 10, considera descargar la ISO de Windows 10 antes del fin de soporte.

Empresas y precios: cuánto cuesta extender más allá del año gratis
Para usuarios domésticos fuera del EEE, la tarifa anunciada para un año adicional ronda los 30 dólares si no se cumplen las vías gratuitas. Es un puente temporal, no una solución indefinida.
En el ámbito corporativo, Microsoft ofrece hasta tres años de ESU con un coste creciente por dispositivo. Las referencias publicadas elevan el precio año a año, con importes como 61, 122 y 244 dólares en cada periodo sucesivo, según el plan.
Estos precios cubren exclusivamente parches de seguridad, algo crucial en sectores regulados o estaciones que dependen de hardware específico (TPV, maquinaria, lectores industriales).
Incluso con ESU, la recomendación para organizaciones es planificar la migración: inventario, pruebas de compatibilidad, formación y un calendario de despliegue que reduzca tiempos de parada.
Si hay software crítico que no tiene soporte en Windows 11, explorar rutas como virtualización, VDI o aislamiento de red puede ser la forma más segura de ganar tiempo.
Por qué Microsoft rectifica y qué dudas persisten
La decisión de ofrecer ESU gratis en Europa llega tras la presión de grupos como Euroconsumers y otras organizaciones de consumidores que cuestionaron las condiciones iniciales, consideradas una barrera de entrada al apoyo extendido.
Microsoft explica que ha alineado el proceso de inscripción con las expectativas y normas locales para garantizar una experiencia segura y sin fricciones innecesarias en el EEE.
Las asociaciones siguen pidiendo ampliar el periodo gratuito más allá de un año, alegando sostenibilidad, derecho a reparación y el impacto de los requisitos de hardware de Windows 11 (como TPM 2.0) en equipos plenamente funcionales.
La compañía, por su parte, utiliza este tiempo extra para facilitar una transición ordenada a Windows 11, reduciendo críticas por abandonar a una base de usuarios todavía muy numerosa.
Queda por ver si el periodo gratuito se ampliará o si, pasado ese plazo, se mantendrá el enfoque actual de pagos y vías condicionadas fuera de Europa.
Alternativas y buenas prácticas mientras sigues en Windows 10
Existen servicios de terceros que prometen parches más allá del calendario oficial, como 0patch, aunque su alcance y garantías no son equivalentes a las de Microsoft y conviene evaluarlos con cautela.
Otra vía es considerar Windows 10 LTSC en contextos muy específicos o explorar alternativas como una distribución Linux en equipos que, por hardware, no pueden dar el salto a Windows 11.
Si te quedas en Windows 10, endurece la superficie de ataque: cuentas sin privilegios, actualización del software clave, deshabilitar servicios innecesarios y segmentar la red local.
Para usuarios domésticos, un antivirus actualizado y copias de seguridad externas ayudan, pero no sustituyen la protección que brindan los parches del sistema.
Europa cuenta con una prórroga gratuita de seguridad vinculada a una cuenta Microsoft, fuera del EEE hay opciones gratuitas condicionadas o de pago, y ESU solo cubre vulnerabilidades: aprovecha el margen para planificar con cabeza la transición que tarde o temprano llegará.
