El sistema TRAPPIST-1 contine un planeta con muchas posibilidades de albergar vida

TRAPPIST-1

Desde que a principios de 2017 se descubriese la existencia de TRAPPIST-1 muchas han sido las noticias que nos han llegado sobre la posibilidad de que en el mismo pudiese existir alguna forma de vida, debido a su morfología aunque, poco después, todos estos indicios, por llamarlos de alguna manera, poco a poco se ha ido demostrando que, o bien no son lo suficientemente ciertos o, tras diferentes investigaciones, han sido demostrado que no pueden darse.

Aun así, hoy quiero hablarte de un nuevo descubrimiento que puede ser una gran noticia. Según diferentes estudiosos y expertos investigadores, al parecer este sistema solar localizado a nada menos que 39 años luz de la Tierra, contiene no solo planetas ubicados en esa zona donde puede existir vida y tienen agua, sino que ahora se acaba de descubrir que, al parecer, uno de estos planetas tiene núcleo metálico, un requisito fundamental para la existencia de vida.

TRAPPIST

TRAPPIST-1 contiene un planeta con núcleo denso, característica que es básica para poder albergar vida

Entre lo poco que a día de hoy conocemos sobre TRAPPIST-1, comentarte que hablamos de una enana marrón de tipo M, una estrella que sería menos luminosa que nuestro sol y que, debido a esto, su zona habitable está mucho más próxima a ella. Según determinados expertos, al parecer el hecho de que esta zona de vida esté tan próxima al sol hace que aparezcan varios problemas para que pueda existir vida como es acoplamiento de marea, un efecto que hace que los períodos de rotación y de traslación sean equivalente, lo que significa que ambas caras del planeta están permanentemente expuestas a este sol. Otro gran problema tiene que ver con la proximidad de cada uno de estos planetas con su propio sol y las temperaturas de su superficie.

Debido precisamente a estos problemas, entre otros, los investigadores que trabajan en el estudio y composición de TRAPPIST-1 han decidido centrarse en lo que ellos creen que son los dos planetas que ofrecen más esperanza de vida, TRAPPIST-1d y TRAPPIST-1e. A día de hoy, todos los estudios que se están realizando sobre estos planetas están encaminado en poder descubrir si cualquiera de estos dos planetas tiene una magnetosfera lo bastante potente como para que pueda servir de escudo protector contra la radiación que emite la estrella que orbitan y, para esto, necesitan estar dotados de un núcleo denso.

Durante las últimas investigaciones que se están llevando a cabo sobre los planetas antes mencionados, un grupo de astrónomos de la Universidad de Columbia acaba de determinar que TRAPPIST-1e tiene un núcleo denso probablemente compuesto por material metálico muy similar, por tanto, al núcleo de la Tierra. Este núcleo sería el motor de una potente magnetosfera que protegería la superficie de TRAPPIST-1e de las llamaradas solares que emitiría la estrella que orbita.

planeta

¿Cómo pueden los astrónomos saber con certeza si un exoplaneta posee o no un núcleo de hierro como el de la Tierra a una distancia de 39 años luz?

Para esto me gustaría hacer mención a las palabras de los astrónomos Gabrielle Englemenn-Suissa y David Kipping:

Si conoces la masa y el radio de un planeta con mucha precisión, como ocurre con el sistema TRAPPIST-1, puedes comparar esos datos con los modelos teóricos de estructura interior. El problema es que esos modelos generalmente constan de cuatro capas posibles: un núcleo de hierro, un manto de silicato, una capa de agua y una envoltura volátil ligera. La Tierra solo tiene los dos primeros, su atmósfera no contribuye de forma significativa a la masa o al radio. En otars palabras, tenemos cuatro incógnitas y solo dos variables conocidas. En principio, es un problema irresoluble.

En lugar de ello optamos por otra manera de calcularlo. Partimos del hecho de que dada la masa y el radio, no puede haber modelos con núcleos más pequeños que X que expliquen la masa y el radio observados. El núcleo puede ser más grande que X, pero al menos tiene que ser X, ya que ningún modelo teórico puede explicarlo de otra manera. Esa variable X corresponde a lo que podríamos llamar la fracción de radio mínimo central. Entonces jugamos ese mismo juego para averiguar el límite máximo.


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