Todos los años por estas fechas, se celebra uno de los acontecimientos más importantes del deporte en Estados Unidos: la final de la Super Bowl. La final de fútbol americano es el escaparate para que cualquier empresa que tenga el suficiente dinero, pueda dar a conocer sus nuevos productos, ya que todos los años, este es el evento con mayor audiencia del año.
Pero en los últimos años, se ha convertido en el mejor escaparate, además de caro, para promocionar los próximos estrenos cinematográficos que llegarán a lo largo de este año. Este año hemos podido ver el primer trailer de Mission Imposible Fallout, Jurassic World: Fallen Kingdom y de Los Vengadores: Infinity War, pero de tan solo 30 segundos sin mostrar contenido nuevo.
Los M&Ms, todo un clásico en la final de la Super Bowl, también han tenido su minuto de gloria, en esta ocasión junto a Danny DeVito, al igual que la cerveza Bud, otro clásico de los últimos años de la Super Bowl. Doritos ha contratado al personaje de juegos de Tronos Peter Dinklage junto a Morgan Freeman para este evento.
Las series de los diferentes servicios de vídeo en streaming también han tenido presencia en el intermedio del gran evento, donde podemos encontrar el anuncio de la segunda temporada de Westworld, y la serie de Castle Rock de Hulu, una serie producida por J.J. Abrams basada en un la novela de Stephen King.
Con una audiencia cercada a los 110 millones de personas, el precio de los anuncios alcanza los 5 millones de dólares para 30 segundos de duración. El precio es tan elevado, no solo por toda la audiencia a la que llegan, sino porque tan solo el 1% cambia de canal y quiere disfrutar de los originales anuncios que se muestran únicamente en este evento.
Fuera de Estados Unidos, lo que más llama la atención son los anuncios, ya que el resultado deportivo es lo de menos, pero no por ello, debemos dejar de mencionarlo. La final de Super Bowl enfrentó a los Philadelphia Eagles contra los New England Patriots, por 44 a 31.
El propio Jef Bezzos, máximo responsable de Amazon, aparece en un anuncio en el que el asistente del Amazon Echo se queda afónica, lo que obliga a la compañía a utilizar a personajes famosos como asistentes.