Quien algo quiere, algo le cuesta. Muchos son los usuarios que hacen uso de la red social Facebook, una red social que tiene unos gastos para mantener el servicio. Lejos de plantearse la opción de cobrar por utilizarlo, la compañía se mantiene gracias a la publicidad, al igual que la mayoría de servicios gratuitos.
Facebook tiene muchísima información sobre nosotros, una información que utiliza para orientar los servicios de publicidad que ofrece a las empresas, al igual que el servicio de anuncios de Google. El último movimiento que ha anunciado la empresa lo encontramos en la publicidad orientada según nuestra localización.
La aplicación Facebook, no solo consume una gran cantidad de batería sin hacer uso de la localización debido a lo mal optimizada que está, sino que si hacemos uso de ella desde la aplicación, como se empeña una y otra vez en recordarnos, la batería puede vaciarse en cuestión de horas. Facebook quiere saber por donde nos movemos para orientar su publicidad, además de saber donde nos encontramos para notificarnos si tenemos a algún conocido cerca a través de otras de las funciones que nos ofrece la red social. Dejando de la lado la intromisión en la privacidad que ello supone, Facebook necesita esta información para que los anunciantes puedan orientar sus campañas de publicidad.
Por ejemplo, si hace unos días visitamos Zara, y la aplicación ha registrado esa localización, Facebook podría utilizar esta información para mostrarnos regularmente anuncios sobre esta empresa, nuevas temporadas, ofertas, descuentos… Como es lógico, si no tenemos activada la localización, la compañía se basará en las páginas que sigamos y en la interacción que hayamos podido hacer previamente con otras empresas a través de un anuncio o realizando una búsqueda en su perfil. Facebook no comparte en ningún momento esa información con lo anunciantes, simplemente ofrece la posibilidad de orientar los anuncios según las ubicaciones de los usuarios.