Si eres fanático de la ciencia que se esconde en nuestro propio planeta y de la que poco conocemos, del espacio o te gusta conocer la enorme cantidad de conspiraciones que muchos cuentan sobre lo que esconden o desvelan los gobiernos, seguro que en alguna ocasión habrás oído hablar sobre la hipotética existencia de unos gigantescos canales de plasma que envuelven nuestro planeta, una especie de estructuras de energía similares a tubos curvados que existen en nuestra atmósfera.
Muchos han sido los años que han pasado desde que los primeros científicos advirtieran sobre su presencia, lamentablemente, bien por el escepticismo de la comunidad o directamente porque la tecnología no estaba lo suficientemente avanzada como para probar sin dejar nada al azar sobre la existencia de estos canales o tubos de plasma, hasta ahora todo parecía teoría y nada más. Como digo, hasta ahora, ya que hace tan sólo unos días, un grupo de científicos, ha conseguido probar que esta especie de tubos de plasma existen de verdad.
Científicos de la Universidad de Sydney han conseguido probar, por primera vez, la existencia de tubos de plasma en la plasmasfera
Desde la Universidad de Sydney se ha publicado un completo paper donde se nos confirma que un grupo de investigadores, gracias al uso del radiotelescopio Murchison Widefield Array, han conseguido obtener confirmación visual de estos complejos tubos de plasma. Como detalle y así aparece en el documento publicado, es la primera vez, que se tenga constancia, de que el ser humano haya podido ver estos canales en toda su historia.
Como detalle, comentarte que estos canales se mueven en la plasmasfera, es decir, aparecen en la capa superior de la magnetosfera, una región en la que el viento solar ioniza las partículas de plasma de la atmósfera. Lo cierto es que toda esta información ya la teníamos, lamentablemente hasta ahora nunca habíamos podido probar la existencia de esta especie de tubos debido a que, como seguro estarás pensando, estos son invisibles a simple vista.
A pesar de que se sabía de la existencia de estos canales, no se había conseguido probar su existencia debido a que son invisibles al ojo humano
Ha pesar de que esta especie de tubos de plasma o canales son completamente invisibles al ojo humano, lo cierto es que gracias al uso de las 120 antenas que componen el radiotelescopio Muchinson, hemos podido no solo detectar su existencia, sino también su forma e incluso la extensión que ocupan. Esta tecnología no solo nos ofrece esta posibilidad, sino que también nos ofrece la oportunidad de poder crear un modelo tridimensional para así poder estudiar todas sus características detenidamente.
Entrando un poco más en detalle, tal y como han informado el grupo de científicos a cargo de este descubrimiento, el mismo es especialmente importante ya que estos canales de plasma son los principales responsables de muchas de las interferencias que hacen que nuestras redes de comunicaciones no funcionen como deben. Como ves, una vez entendamos el por qué y cuando se forma estos canales, podremos mejorar notablemente todas nuestras comunicaciones ya que podremos comprender como solucionar todos los problemas que originan estos canales de plasma.
Los investigadores han conseguido crear un modelo tridimensional para conseguir estudiar mucho mejor la estructura de estos canales de plasma
Como suele ocurrir este estudio no solo servirá para conseguir mejorar nuestra red de telecomunicaciones sino que, gracias a los modelos tridimensionales que han sido creados por un software específico de la Universidad de Sydney para trabajar con estos datos en concreto, también podremos entender mucho mejor qué ocurre en la atmósfera de planetas vecinos, algo que es básico si algún día queremos entender mucho mejor su composición y sobre todo si queremos visitarlos.
Sin lugar a dudas estamos ante un nuevo avance en nuestra compresión, como ser humano, de qué ocurre en el espacio, algo para lo que cada vez queda patente que es mucho más interesante comenzar a comprender en todo lo posible lo que ocurre en nuestro propio planeta para, llegado el momento, esta información exportarla y contrastarla con lo poco que a día de hoy conocemos de los planetas vecinos que se encuentran cerca de la Tierra.
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