Recarga la batería de tu móvil utilizando tu propia orina

orina

En esta ocasión ha sido un equipo de la Universidad del Oeste de Inglaterra, en Reino Unido, el encargado de desarrollar un proyecto bastante llamativo ya que, en su búsqueda por poder ofrecer baterías de mayor capacidad y más duraderas, el equipo en su momento decidió centrarse en la tecnología de células de combustible microbianas. Después de largos meses de investigación y estudio, se ha conseguido desarrollar un método para conseguir cargar cualquier tipo de batería con orina.

Aunque parezca una inocentada, la verdad es que es una tecnología que ha día de hoy está mucho más desarrollada de lo que puedas suponer, no en vano y según comentan, han conseguido incorporar sus pilas de combustible avanzadas en urinarios de forma que, cualquier usuario, puede cargar la batería de su smartphone mientras está utilizando el retrete haciendo sus necesidades. Sin lugar a dudas, una forma más que interesante de aprovechar los desechos que producimos como humanos antes de desecharlos completamente.

En cada nueva iteración esta tecnología se vuelve más madura y accesible

Este proyecto lleva en marcha unos tres años, tiempo más que suficiente para que el equipo a cargo de su desarrollo haya conseguido ir perfeccionando y optimizando la tecnología, reduciendo el tamaño necesario para albergar la célula de combustible microbiano e incrementando su potencia en cuanto a producción de electricidad. Precisamente, entre las novedades en la última evolución del proyecto nos encontramos con un nuevo diseño que ha permitido ampliar la potencia del sistema sin acusar una pérdida de densidad.

Si llevamos todo esto a números, según se ha informado, al parecer el sistema es capaz de proporcionar energía suficiente para que un smartphone cualquiera pueda funcionar durante tres horas por cada seis horas de tiempo de carga. Tres horas de carga proporcionan batería suficiente para hacer una llamada de 105 minutos. Como detalle, comentarte que, para cada carga, son necesarios un mínimo de 600 ml de orina que es el equivalente a una visita al baño.


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