SpaceX es una de las compañías privadas relacionadas con el mundo del espacio que más están dando de qué hablar en los últimos meses, sobre todo desde que Elon Musk comentase públicamente su deseo de conseguir poner un hombre en el planeta Marte en la próxima década. Lejos de esto, lo cierto es que aún queda mucho camino por recorrer aunque ya se ha dado el primer paso con el diseño y fabricación del nuevo Falcon Heavy, el cohete más potente de la compañía.
Justamente la idea que hay tras la creación y diseño del Falcon Heavy es la de unir nada menos que tres núcleos de Falcon 9 entre sí de forma que, gracias a la potencia conjunta de todas estas unidades, el cohete resultante pueda llegar a transportar a la órbita terrestre inferior unos 63.500 kilogramos de peso convirtiéndose así en una de las unidades más potentes desarrolladas por el ser humano de toda la historia, misma que tendría potencia suficiente para llevarnos a Marte en un momento determinado.
El primer Falcon Heavy realizará pruebas de campo en el mes de noviembre
¿Por qué utilizar tres Falcon 9 para construir el Falcon Heavy? La idea de SpaceX no es la de invertir una ingente cantidad de dinero en el desarrollo de un nuevo cohete, sino aprovechar las sinergias de disponer precisamente de un modelo como el Falcon 9, ya desarrollado y con capacidades increíbles, recuerda que tras el lanzamiento ya es capaz de volver a Tierra. Gracias precisamente a estas cualidades se espera que, una vez lanzado un Falcon Heavy, cada una de las tres partes del mismo puedan volver de forma independiente a Tierra para así conseguir reutilizarlas en otras misiones.
Ahora bien, como todo en esta vida y a pesar de que se utilicen estructuras ya probadas, lo cierto es que todos los inicios son difíciles y, en esta dirección tenemos que hablar sobre las declaraciones del propio Elon Musk donde advierte que lo más probable es que, durante la primera prueba del Falcon Heavy, programada para noviembre de este mismo año, el cohete explote segundos después de despegar ya que el equipo de desarrolladores e ingenieros que trabaja en este proyecto está teniendo muchos problemas debido a la complejidad que tiene un cohete como este.
Pueda o no tener problemas durante su despegue el nuevo cohete de SpaceX, lo cierto es que para la compañía esto no es otra cosa que ‘ver luz al final del túnel‘ ya que, finalmente, parece que tienen muchos de los problemas técnicos resueltos lo que les permitirá acabar con los retrasos de un proyecto que, según su estimación inicial, debía haber despegado por primera vez en 2013 o 2014, mismo que finalmente cumplirá con este objetivo en 2018.
SpaceX se ha convertido en una de las empresas privadas más valiosas del planeta
Lejos de retrasos inesperados, algo que lleva tras de sí la necesidad de invertir mucho más dinero en un proyecto, lo cierto es que SpaceX goza de una gran salud financiera, sobre todo de cara a los inversores. No en vano, esta misma madrugada, tal y como anuncia el New York Times, se ha convertido en una de las empresas privadas más valiosas del mundo al conseguir recaudar otros 350 millones de dólares en nuevos fondos, una inversión que sitúa el valor de la compañía en los 21.000 millones de dólares.
Según varios de los inversores, hemos de entender que el verdadero valor de la empresa, a día de hoy, no está en la promesa de que en un futuro serán los encargados de llevarnos a Marte, nada más lejos de la realidad, el interés de los inversores en la misma está en que SpaceX, con el paso del tiempo, se ha convertido en uno de los actores principales del planeta a la hora de llevar mercancías al espacio gracias a que en ella confían clientes tan importantes como NASA, el gobierno de Estados Unidos o varias de las empresas fabricantes de satélites más importantes de la actualidad.